La Agencia de Cooperación e Inversión de Medellín y el Área Metropolitana – ACI Medellín gestiona y monitorea oportunidades de cooperación internacional para las iniciativas y los programas públicos de impacto social.
Según el origen de los recursos dedicados a la cooperación internacional, se puede hablar de seis modalidades de cooperación:
Cooperación descentralizada: se refiere al conjunto de acciones que promueven los gobiernos locales y regionales para la dinamización de la cooperación. Por lo general, se trata de acciones de mediano y largo plazo enfocadas a potencializar el desarrollo del territorio y, en ocasiones, con participación directa de los grupos de población interesados.
Cooperación horizontal (Sur-Sur): promueve la generación de agendas positivas e intercambio de conocimientos y experiencias entre países en desarrollo. Este tipo de cooperación es horizontal y solidaria, enfocada a apoyar las prioridades de los países involucrados.
Cooperación vertical (Norte-Sur): es aquella que se da entre un país desarrollado y otro en vía de desarrollo o de menor nivel de desarrollo. Aquí intervienen todo tipo de recursos, ya sean técnicos o financieros, suministrados por organismos oficiales (Estado, gobiernos locales, agencias ejecutoras) o entidades privadas que promuevan el desarrollo económico y social. Estos recursos son destinados a países en desarrollo e instituciones multilaterales, es de carácter no reembolsable o concesional.
Cooperación triangular: modalidad mixta de cooperación internacional. Aquí se combina la cooperación tradicional o vertical con la cooperación horizontal con el objetivo de brindar cooperación a un tercer país en desarrollo.
Cooperación de privados: es la provisión de recursos, técnicos o financieros, que dispone el sector privado para promover la innovación, el desarrollo, la generación de empleo y de riqueza y reducir la pobreza.
Las reflexiones, análisis y aprendizajes que dejó Medellín Lab 2018, sin duda, serán de gran utilidad para el crecimiento de las ciudades que participaron en esta segunda edición del gran laboratorio de experiencias vivas de ciudad. Recorridos por la ciudad, talleres de creación conjunta y presentaciones de propuestas positivas de ciudad, hicieron parte de la metodología innovadora de la segunda edición del Medellín Lab.
29 participantes provenientes de Chongquing (China), Kinshasa (República Democrática del Congo), Dakar (Senegal), Ho Chi Min (Vietnam), Nairobi (Kenia), Johanesburgo (Sudáfrica), Cape Town (Sudáfrica) y Yakarta (Indonesia), conocieron importantes intervenciones urbanísticas, de gran significado para la transformación social y cultural de Medellín.
Los invitados del sector gobierno de Asia y África, con el acompañamiento de la ACI Medellín y el Banco Mundial, tuvieron la oportunidad de visitar los corredores verdes de la Avenida El Poblado y la Avenida Oriental, el proyecto EnCicla, el sector Ciudad del Río, el Metro, el tranvía, el metrocable, la propuesta de renovación del Centro de Medellín, los Proyectos Urbanos Integrales (PUI), la Comuna 13, entre otras iniciativas de ciudad.
Asimismo, conocieron los modelos de movilidad y transporte, infraestructura, urbanismo y gestión del riesgo de Medellín.
En su visita al Medellín Lab 2018, el alcalde Federico Gutiérrez ofreció un saludo a los visitantes y destacó el mérito que tiene la transformación de la ciudad como escenario de intercambio de conocimientos.
“Cuando uno habla del Medellín de hoy, justamente adquiere valor el presente por las dificultades que vivimos en el pasado y ese es uno de los grandes atractivos de Medellín: ¿Cómo hizo una de las ciudades más violentas del mundo que en el año 1991 tenía una taza de 381 homicidios por cada cien mil habitantes, para que en 27 años pasara a ser considerada como una de las ciudades más innovadoras del mundo?”, expresó el alcalde.
Según los participantes del evento, algunos de los aprendizajes más valiosos que dejó esta edición del Medellín Lab, están relacionados con el significado del trabajo articulado entre empresa, academia, comunidad y Estado para la construcción de políticas públicas de largo plazo; el trabajo evidente en temas relacionados con inclusión social, contar con una tarifa integrada en los sistemas de transporte y movilidad, y lo valioso de rendir cuentas y evidenciar eficiencia en los recursos para aumentar la confianza del contribuyente a las instituciones.
La Cultura Metro, la articulación público privada, el sentido de pertenencia y la continuidad de las políticas, fueron los aprendizajes que más destacaron los asistentes del Medellín Lab 2018.
Los asistentes se mostraron gratamente sorprendidos con la importancia de promover el sentido de pertenencia para el cuidado de lo público, como lo hace la Cultura Metro y destacaron lo fundamental de darle continuidad a la agenda pública, a pesar de los cambios de gobierno, para el desarrollo del territorio.
Como compromisos a corto, mediano y largo plazo, se espera que las ciudades participantes logren replicar algunas iniciativas y buenas prácticas de Medellín, así mismo, la organización del evento tomó nota de las recomendaciones ofrecidas por los asistentes para mejorar próximas versiones.
“El Medellín Lab fue una experiencia muy enriquecedora para aprender y explorar con otras ciudades del mundo lo que juntos podemos avanzar en nuestros territorios. No es solo lo que la ciudad puede mostrar, sino también aprender e intercambiar en ese reto que significa alcanzar mejores condiciones de vida para los ciudadanos del mundo, ese es el gran propósito de este Laboratorio de ciudad” afirmó Catalina Restrepo Carvajal, Directora Ejecutiva ACI Medellín.
Con esta segunda edición, el Medellín Lab se convierte en uno de los laboratorios de experiencias vivas de ciudad más importante del país y ratifica su valioso aporte a la construcción del territorio a partir de una dinámica innovadora en la que el conocimiento y la experiencia de todas las ciudades del mundo son la principal materia prima para el desarrollo incluyente.
Entre el 28 de octubre y el 2 de noviembre, Medellín será escenario del más grande laboratorio de experiencias vivas de ciudad: Medellín Lab 2018. Por medio de una metodología innovadora y participativa, con base en sesiones académicas, talleres y visitas a espacios de Medellín, el evento busca generar una dinámica de intercambio de experiencias y aprendizajes sobre soluciones exitosas a problemáticas particulares compartidas entre ciudades del mundo.
Medellín Lab 2018: un gran laboratorio de experiencias vivas de ciudad
¿Qué es el Medellín Lab?
Es un evento organizado por la ACI Medellín y apoyado por el Banco Mundial, en el que se reúnen representantes del sector gobierno de diversas ciudades del mundo (Asia, África y América Latina) para intercambiar conocimientos y aprendizajes de iniciativas y soluciones exitosas a problemáticas del territorio.
El encuentro se lleva a cabo con base en una metodología innovadora en la que se entiende la ciudad como un “laboratorio vivo de experiencias” que configuran un modelo innovador de gestión pública y gobernanza. La metodología incluye sesiones académicas, ejercicios de co-creación y visitas a espacios de ciudad que aportan valor y aprendizaje.
Durante el Medellín Lab se llevan a cabo acciones de cooperación multi-actor y multi-nivel que permiten a otras ciudades conocer las soluciones que Medellín ha encontrado a sus problemáticas, identificar puntos de encuentro para su replicabilidad y transferir experiencias para encontrar respuestas comunes a los retos que enfrentamos como urbes.
¿Cuál será el tema central de la edición 2018?
Este año el evento tendrá como objetivo fundamental contribuir a que las ciudades participantes desarrollen o adapten a sus planes de desarrollo:
Medidas de planificación integrada para el redesarrollo de barrios en riesgo.
Sistemas de transporte como soporte a la inclusión socioeconómica y la prevención de la violencia.
Modelos de negocios y estructuras institucionales asociadas que permitan una financiación sostenible de la mejora de la infraestructura urbana.
¿Cuáles serán las ciudades participantes?
La segunda edición del Medellín Lab contará con la presencia de representantes del sector gobierno de ciudades que están evidenciando una explosión urbana y demográfica acelerada, que las hace enfrentarse a retos similares a los que ha vivido Medellín con relación al desarrollo urbano, económico, social y de convivencia.
Desde el año 2017, la ACI Medellín ha venido articulándose con diferentes entidades, con el fin de coordinar acciones conjuntas para trabajar por el mejoramiento del clima de inversión de la ciudad. Este año, se ha planteado una ruta de trabajo a través de mesas temáticas de carácter interinstitucional, con lo cual se espera intervenir realidades puntuales en Medellín y el Área Metropolitana enmarcadas en dicho propósito.
Para ello, la Agencia cuenta con una Profesional Senior de Clima de Inversión, Catalina González, encargada del asesoramiento legal a inversionistas potenciales así como del monitoreo de esta temática para desarrollar una agenda encaminada a su continua mejoría. Con ella conversamos sobre el trabajo de la ACI Medellín y de la ciudad en esta materia.
¿Qué es clima de inversión?
Según EBRD – European Bank for Reconstruction and Development, el clima de inversión puede definirse por distintos factores: la solidez de las políticas macroeconómicas, la fortaleza de las instituciones económicas y políticas, el funcionamiento del marco legal y regulatorio, la calidad de la infraestructura, entre otros.
Para las agencias de promoción de inversión, el clima de inversión es una actividad que tiene como finalidad identificar y dinamizar los factores determinantes (positivos y negativos) que influyen en la toma de decisión de un inversionista para instalarse en un territorio. Estos elementos pueden ser variopintos y pueden ir desde asuntos de estabilidad en la legislación, orden constitucional, gobernanza, capacidad del recurso humano, disponibilidad del territorio, etc.
¿Qué hace la ACI Medellín en materia de clima de inversión?
En 2017 la ACI Medellín y otras instituciones como Ruta N, el Área Metropolitana del Valle de Aburrá, las secretarías de Hacienda y Medio Ambiente y el Departamento Administrativo de Planeación, nos involucramos en la redacción de propuestas para el estatuto tributario.
En este sentido, la Agencia diseñó una propuesta de incentivos y de sectores que deberían ser priorizados de acuerdo con la dinámica de atracción de inversión extranjera. El trabajo de análisis de esta y otras propuestas tiene continuidad mediante la puesta en marcha (en 2018) de cuatro mesas de trabajo: Incentivos fiscales y financieros, Permisos de construcción y registro de propiedades, Apertura de negocios y una cuarta mesa de Talento humano.
¿Qué fortalezas y debilidades tiene el clima de inversión de Medellín?
Destaco como fortalezas el Talento humano capacitado en capacidades duras, la infraestructura de transporte público y sus planes a futuro y la articulación entre el sector público, el sector privado y la academia. Como aspectos a mejorar encuentramos la capacidad en bilingüismo, la oferta de incentivos más atractivos y la falta de apertura de locales para hacer negocios.
La capital antioqueña, en cabeza de la ACI Medellín y con el respaldo del Banco Mundial desarrollará la segunda versión del evento Medellín Lab, metodología de intercambio de conocimiento, que en esta ocasión será de doble vía.
Del 28 de octubre al 2 noviembre de 2018, Medellín recibirá la visita de cerca de 30 delegados de más de 10 ciudades de Asia y África para compartir sus experiencias y lecciones aprendidas en urbanismo, movilidad y financiamiento.
Experiencias como los Proyectos Urbanos Integrales y el Mejoramiento Integral de Barrios, el Metro y la integralidad del sistema, y los mecanismos de financiación del municipio de Medellín serán algunas de las experiencias exitosas a presentarse en el evento. Estas experiencias serán abordadas desde el ADN Medellín, concebido por el grupo de trabajo base, como la suma de: resiliencia, articulación, continuidad, sentido de pertenencia, trabajo con la comunidad, tradición de la planificación, gerencia pública, dignidad y estética.
Se espera que al finalizar el evento se materialicen intercambios de conocimiento concretos donde Medellín sea referente para estas ciudades y comparta experiencias para mejorar sus contextos, y al mismo tiempo, estas ciudades enseñen a Medellín sus buenas experiencias.
El Banco Mundial y la ACI Medellín han liderado el trabajo previo al evento garantizando una visión integral de lo público, lo privado y lo académico como elementos fundamentales para el éxito y la materialización de muchas realidades en Medellín.
“Hay muchas ciudades en el mundo que quieren aprender de la experiencia de Medellín. Este año estamos organizando en conjunto con la ACI Medellín, el segundo Medellín Lab, en donde participarán ciudades asiáticas y africanas. Será una excelente oportunidad para que la ciudad presente sus experiencias en urbanismo, movilidad e instrumentos de financiación a estas delegaciones internacionales”, expresó Philip Karp, especialista principal en gestión del conocimiento en el Banco Mundial.
“El Medellín Lab es uno de los eventos más importantes para la ACI Medellín y por supuesto para la ciudad. Es una experiencia única en Colombia, en la que Medellín se convierte en un laboratorio vivo de intercambio de conocimiento y aprendizajes. En esta ocasión contar con representantes de África y Asia enriquecerá mucho esta experiencia que sin duda consolida a la ciudad como referente de urbanismo y transforamción”, afirmó Catalina Restrepo Carvajal, Directora ACI Medellín.
Contexto informativo
Medellín Lab es la metodología de intercambio de conocimientos y aprendizajes, que en el marco de la cooperación para el desarrollo ha establecido la ciudad a través de su Agencia de Cooperación e Inversión – ACI Medellín.
Bajo esta metodología, la ciudad se entiende como un “laboratorio vivo de experiencias” que configuran un modelo innovador de gestión pública y gobernanza; y en la que a través de visitas, sesiones académicas y ejercicios de co-creación se realizan acciones de cooperación multi-actor y multi-nivel que permiten a otras ciudades conocer las soluciones que Medellín ha encontrado a sus problemáticas, identificar puntos de encuentro para su replicabilidad, transferirnos sus experiencias y encontrar respuestas comunes a los retos que enfrentamos como urbes.
Chongqing (China), Kinsasa (República Democrática del Congo), Bombay (India), Jakarta (Indonesia), Nairobi (Kenia), Kigali (Ruanda), Johannesburg, Ciudad del Cabo y Johannesburgo (Sudáfrica), Dar es-Salaam, (Tanzania), Dakar (Senegal), Ho Chi Minh (Vietnam); serán las ciudades que participarán en la segunda versión del evento en la semana del 27 de octubre al 2 de noviembre de 2018.
Medellín y el espíritu resiliente de sus habitantes es una de las cuatro historias de la película documental Ciudades a Contraluz, que muestra la esencia más profunda de Beirut, Sarajevo, Medellín y Kigali, urbes atravesadas por la violencia que han ido sanando sus heridas para retomar el camino de la transformación social.
La capital antioqueña es una de las protagonistas de la película documental del cineasta español Francesc Relea. Ciudades a Contraluz ha obtenido desde su estreno reconocimientos internacionales, entre ellos, Mejor Documental y Mejor Editor en los pasados 34o Premios India Catalina.
Según Francesc Relea, director del documental, las cuatro ciudades han vivido transformaciones urbanas y sociales que reflejan el espíritu de su gente, resiliente, conciliador y optimista, permitiendo cambios profundos que revelan la construcción de nuevos imaginarios y realidades.
La cultura y el hip hop, apuestas de Medellín para combatir la violencia
En el transcurso de Ciudades a Contraluz se aprecia cómo la apuesta por un transporte público eficiente ha permitido la movilidad y el desarrollo ciudadano, donde la educación y la cultura con expresiones artísticas como el hip hop han disminuido la violencia para crear nuevos espacios de encuentro y convivencia.
Las comunidades de práctica son grupos sociales constituidos con el fin de desarrollar un conocimiento específico. Comparten un interés y profundizan su conocimiento y experiencia en un área determinada a través de una interacción continua que permite fortalecer sus relaciones. Sus integrantes desempeñan la misma actividad o responsabilidad profesional.
Para que una comunidad de práctica funcione como tal, es importante que sus miembros desempeñen la misma actividad o responsabilidad profesional; de otro modo, sus miembros no podrán compartir sus experiencias ni profundizar en la praxis diaria. En otras palabras, no estaremos ante una comunidad de práctica sino, probablemente, ante una comunidad de interés o aprendizaje.
Medellín Lab 2018
Para la ACI Medellín, en preparación de la próxima edición del Medellín Lab 2018, la creación de una comunidad de práctica ha sido una herramienta clave para enriquecer y sostener las experiencias de conocimiento antes y después del evento. También es un canal de comunicación que permitirá encuentros cara a cara y encontrar el factor determinante de éxito de cada uno de los ejes que se trabajarán en el ejercicio. Durante la preparación del Medellín Lab, será una comunidad de práctica integrada por diversos profesionales de distintas secretarías de la Alcaldía de Medellín, la que permitirá compartir experiencias inspiradoras y transmitir conocimiento.
La gestión del conocimiento se ha constituido en uno de los pilares de trabajo de la Agencia de Cooperación e Inversión de Medellín y el Área Metropolitana, con el objetivo de atraer cooperación e inversión extranjera e internacionalizar a la ciudad.
Como parte de esta estrategia se han diseñado e implementado iniciativas de transferencia de conocimiento que posicionan a Medellín como referente de buenas prácticas y nos ayudan, como Agencia, a capitalizar las oportunidades que ofrece el relacionamiento con aliados internacionales.
Tal es el caso del programa Medellín Lab, un evento que opera como herramienta de intercambio de conocimiento y generación de alianzas de cooperación que nace con el acompañamiento del Banco Mundial.
En su primera edición, llevada a cabo en 2017, esta propuesta reunió diversas delegaciones del mundo interesadas en conocer las buenas prácticas de Medellín y de otras ciudades en materia de seguridad, convivencia y construcción de paz. Este año, el Medellín Lab2018 abordará temas de urbanismo, movilidad y financiación de proyectos.
Para hablar de la experiencia de Medellín en iniciativas de intercambio de conocimiento y aprendizajes, los invitamos a ver esta entrevista con Camilo Villa, consultor del Banco Mundial en gestión del conocimiento.
Las redes de ciudades son un medio para fortalecer la inserción internacional de los gobiernos locales, incrementar las oportunidades de cooperación internacional descentralizada e intercambiar conocimiento.
Son, además, canales para posibilitar la discusión y divulgación internacional de problemas que enfrentan sus habitantes y trabajar con aliados estratégicos de otras localidades que tienen intereses y retos similares.
Las redes tomaron fuerza en la década de los ochenta con la creación de Metrópolis, asociación mundial que agremia a las ciudades que tienen más de un millón de habitantes. Posteriormente, en los noventa, nacieron otras iniciativas como la Red Eurociudades, en Europa, y Mercociudades, en Sudamérica.
Es un hecho que los procesos de internacionalización se han fortalecido gracias a las redes de ciudades, en tanto abren oportunidades de participación en eventos y premios diseñados estratégicamente para maximizar la difusión de los aciertos de cada territorio en materia de desarrollo social y económico.
Para Medellín, estas redes han sido escenario del intercambio de buenas prácticas y el fortalecimiento de las relaciones internacionales, posibilitando procesos de cooperación y desarrollo humano.
Las redes en las que participa Medellín son:
AICE: el objetivo de esta red es promover, inspirar, fomentar y velar por el cumplimiento de los principios recogidos en la Carta de Ciudades Educadoras (Declaración de Barcelona) que busca impulsar el desarrollo educativo de las ciudades miembro, sin dejar al azar el desarrollo de sus habitantes.
AL-Las: busca fortalecer las relaciones internacionales de las ciudades miembro, para la mejora de políticas públicas y desarrollo territorial.
ICLEI: es la red del medio ambiente que apoya a los gobiernos locales, mediante capacitación, asistencia técnica y asesoría, en el diseño e implementación de programas de desarrollo sustentable.
Cities for mobility: busca una movilidad sostenible y compatible con el futuro, es decir, una movilidad socialmente justa, con calidad ambiental y que contribuya al fomento de la economía.
C40 Cities:dirigida a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y enfrentar los riesgos del cambio climático.
Mercociudades: favorece la participación de los municipios en el proceso de integración regional, fortaleciendo las instituciones de las ciudades miembro en el seno del Mercosur y desarrollando el intercambio y la cooperación horizontal entre las municipalidades de la región.
Metrópolis: opera como foro internacional para explorar problemas y soluciones comunes de las grandes ciudades y regiones metropolitanas.
Cideu: promueve el diseño y gestión estratégica de proyectos urbanos para lograr el desarrollo sostenible de las ciudades iberoamericanas.
Red de Ciudades Creativas: trabaja la cooperación entre ciudades para identificar la creatividad como factor estratégico de desarrollo urbano sostenible en siete ámbitos creativos: artesanía y artes populares, diseño, cine, gastronomía, literatura, música y artes digitales.
Red de Ciudades Líderes en Movilidad Urbana (MUSAL): su objetivo es contribuir a los procesos de modernización y transformación de movilidad urbana, implementando sistemas integrados multimodales con capacidad para ofrecer servicios eficientes de alta calidad con integración social.
Red Mundial de Ciudades del Aprendizaje: esta red de la Unesco es un espacio para solucionar problemas y compartir ideas con el objetivo de crear ciudades que aprenden y proporcionan a sus habitantes inspiración, know-how y mejores prácticas.
100RC – Red 100 Ciudades Resilientes: apoya la adopción de una visión de la resiliencia que incluya no solo los impactos naturales como terremotos, inundaciones y enfermedades, sino también las tensiones políticas, económicas, culturales y sociales que debilitan la estructura de una ciudad.
Red Latinoamericana de Ciudades Arcoíris: Medellín se suma como ciudad fundadora en marzo de 2017. Esta red se propone como un sistema regional de intercambio de experiencias, políticas y programas entre grandes metrópolis y gobiernos amigables con la población LGTBI, considerando la inclusión como la base de la integración ciudadana y el mantenimiento de un tejido social libre, digno y respetuoso de los derechos de las personas.
Durante estos quince años, la Agencia de Cooperación e Inversión de Medellín y el Área Metropolitana – ACI Medellín, se ha concentrado en mostrar la transformación de la ciudad, en tender puentes, construir relaciones, gestionar procesos de cooperación y atraer inversión.
La Agencia inició en el año 2002 la tarea de facilitar la cooperación y las relaciones internacionales de la ciudad; en el 2006 sumó a su gestión la atracción de inversión extranjera y más adelante, la proyección externa de la capital antioqueña.
Los principios de la política pública de cooperación internacional, aprobada por el Concejo de Medellín en el año 2011, fortalecieron su misión, la equidad en las oportunidades, la coherencia con las líneas de desarrollo, la autonomía institucional, la participación de diversos actores sociales y la sostenibilidad, que ha facilitado traer y exportar buenas prácticas y crear relaciones a largo plazo con otros países.
La ACI Medellín ha fortalecido la gestión de empresas e instituciones extranjeras, ha movilizado y captado recursos internos y extranjeros (de inversión y cooperación) y ha liderado proyectos que son producto de una mirada en contexto de la ciudad y el planeta.
2001
El Acuerdo 73 del Concejo de Medellín autoriza la creación de una institución que promueva la cooperación internacional.
2002
El artículo 95 de la Ley 489 de 1998 crea la Agencia para la Cooperación Internacional de Medellín (ACI), con la asociación entre la Alcaldía de Medellín, Empresas Públicas de Medellín, Área Metropolitana del Valle de Aburrá y Empresas Varias de Medellín.
2004
La línea cinco del Plan de Desarrollo 2004-2007 considera la importancia de relacionar a Medellín con el resto del mundo, asignando un presupuesto a esta gestión y unas mejores condiciones para la ACI Medellín.
2006
La Organización de Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) evidencia la capacidad de la ACI para atraer la inversión extranjera a Medellín.
2007
La Agencia cambia su nombre por Agencia de Cooperación e Inversión de Medellín y el Área Metropolitana, con el fin de incluir en su razón social el nuevo campo de acción en el territorio metropolitano.
2009
La ACI visibiliza en el mundo las buenas prácticas y la transformación de Medellín, trabaja por posicionarla como modelo de administración pública.
2010
Los objetivos de la ACI se dividen en las áreas de cooperación, inversión, proyección, comunicación y administración. Se crea una estructura de comunicaciones para posicionar a la ciudad y darla a conocer como un destino apto para la inversión extranjera y la cooperación internacional.
2013-2014
La ACI implementa un modelo de gestión por procesos, como resultado de un ejercicio de planeación estratégica (2013 – 2023) y de la nueva estructura organizacional.
2016
La Agencia incluye en su logo la palabra Medellín y toma el nombre de ACI Medellín.
2017
En 15 años, la entidad ha promovido proyectos de cooperación internacional por USD 83 millones y ha logrado la inversión de USD1.629 millones de empresas extranjeras.
Con tres proyectos de intervención integral, en renovación urbana, movilidad y atención a la primera infancia, Medellín se ha convertido en un modelo internacional para superar los bajos índices de desarrollo humano y atender a la población más vulnerable. Desde la ACI Medellín estas son las historias que se cuentan al mundo sobre la transformación de
la ciudad para captar nuevos recursos, posicionar políticas públicas en el país y el extranjero, e intercambiar experiencias.
A pesar de estar separados por 23 minutos y de estar muy cerca del río que atraviesa la urbe de sur a norte, para muchos de los habitantes de la zona Nororiental ir a trabajar o hacer una compra en el centro significaba “bajar” hasta Medellín. Una descripción con la que denominaban el viaje y la desconexión que sentían con su ciudad y que fue llamada por los académicos como una exclusión histórica que por fin se veía resuelta con el metrocable y el Proyecto Urbano Integral –PUI–.
”los de este sector éramos los de la geografía olvidada. No teníamos por dónde caminar, eran casitas sobre casitas a lo largo de la quebrada y por eso decían que esto era El Pesebre”. Luz Marina Gómez, líder comunitaria del barrio La Francia.
Ella no recuerda un barrio distinto porque desde que tiene memoria ha vivido ahí. De su padre heredó un terreno y el espíritu con el que siempre buscaba el bienestar de la gente. No se fue cuando la violencia le robó la tranquilidad, dudó cuando la institucionalidad le prometía un cambio y hoy asegura con certeza que de La Francia sale para el cementerio porque con el PUI le cambió la vida a ella y a más de 170.000 habitantes con 28 proyectos ejecutados en 13 barrios.
Sin embargo, también cuenta con insistencia que nadie creía en lo que el Estado iba a hacer. Ella hablaba con los gestores sociales y los ingenieros de la Empresa de Desarrollo Urbano –EDU– y les preguntaba qué era lo que iba a pasar. Le contaban y ella lo replicaba en reuniones en lugares improvisados como canchas y un billar a unas cuadras de su casa.
“Fue un trabajo permanente y difícil para ganarse la confianza, pero finalmente comenzaron las obras y con ellas tuve más puestos laborales que un bus”. Recibía a los obreros, marcaba la hora de salida y hasta verificaba la existencia de las herramientas. En conjunto con sus vecinos trabajaban por el territorio que habían imaginado y planeado en los Talleres Imaginarios.
Con este PUI se pasaba del miedo a la esperanza, y de la esperanza a la vida, gracias a la ejecución de obras como el Paseo urbano de la calle 106, que incrementó los locales comerciales de 35 a cerca de 250; el Centro de Desarrollo Empresarial Zonal (Cedezo) Santo Domingo Savio para apoyar las ideas de negocio; la Unidad Deportiva y Recreativa Granizal para beneficio de 500.000 habitantes; y la construcción del Parque Biblioteca España, el Parque Lineal Quebrada La Herrera, 126 viviendas y el puente Mirador Andalucía – La Francia que unía dos sectores separados por años, entre otras obras que suman 25.000 metros cuadrados de equipamientos y 125.000 metros cuadrados de nuevo espacio público.
“Medellín logró ser una ciudad innovadora, no por la producción tecnológica, sino por su capacidad de intervención social e integral. Tenemos comunidades que aman sus lugares de residencia, que se sienten parte del Estado y que ven retribuidos los aportes que hacen vía impuestos. Por eso, la ciudad pasó de ser una de las más violentas del mundo, excluyente y fraccionada, a la más innovadora”. Margarita María Rivera, directora de Gestión Social de la EDU,
En la década de 1950, la zona Nororiental era parte de la periferia de Medellín y estaba ocupada por fincas. Luego comenzó a ser apropiada por población que venía desplazada del campo por la pobreza y la violencia, mediante asentamientos informales y dispersos.
Urbanismo Social en Medellín, la escuela latinoamericana
Con referentes internacionales y nacionales como favelas –tugurios– en Río de Janeiro, Brasil; barrios marginales en Barcelona, España, y la transformación urbana de Bogotá, Colombia, en los noventa, en Medellín se configuró el Urbanismo Social como una serie de acciones de planificación e intervención para promover el desarrollo humano integral con participación de la gente.
Con el PUI de la Nororiental, el primero realizado en la capital antioqueña y finalizado en 2004, se creó un modelo replicable que reúne tres componentes: el físico, con la construcción de equipamientos culturales, deportivos y educativos, vivienda y mejoramiento de la movilidad y el medio ambiente; el social, con el fortalecimiento de la participación y la movilización ciudadana; y el institucional, que agrupa la acción gubernamental a través de la oferta de programas para impulsar la apropiación de los espacios y promover la calidad de vida de las personas.
Este modelo no solo aportó fortalezas para que Medellín obtuviera el reconocimiento del “Nobel de las ciudades”, el Lee Kuan Yew World City 2016, entregado por Urban Redevelopment Authority (URA) y Centre for Liveable Cities, sino que también fue la puerta de entrada para que el mundo pasara por Medellín con la gestión de la Agencia de Cooperación e Inversión de Medellín y el Área Metropolitana –ACI Medellín– y se realizaran otros PUI en la comuna 13 San Javier, la cuenca de La Iguaná y en las zonas Noroccidental en El Picacho y en la Centroriental, por el corredor verde del tranvía
de Ayacucho.
El tranvía moderno, la cara del futuro
En el corredor vial que conectaba al oriente del departamento con el centro de la ciudad, por donde transitó una de las líneas del primer tranvía eléctrico en la década de 1940 y por donde llegaban a la plaza de mercado los campesinos con sus coloridas silletas, pasa ahora el único tranvía moderno del país y el primero en rodar de América Latina en el siglo XXI.
Como en el pasado, esta vía de paso, de encuentro y de descanso, hoy, residentes, peatones y viajeros nacionales y extranjeros suben y bajan por los 4,3 kilómetros de recorrido, ven las más de 30 obras de arte urbano popular pintadas en murales y fachadas de viviendas y disfrutan de los más de 113.000 metros cuadrados de nuevos espacios públicos y zonas verdes.
Una de las familias que ha vivido y ha hecho parte de este cambio es la de los propietarios de Pizzas & Lasagna, un puesto ambulante que nació hace 22 años en Ayacucho y que luego se trasladó a local comercial, por la perseverancia y disciplina del ingeniero de alimentos William Lince y de la administradora de empresas Gloria Ledesma.
“Los fines de semana nos dedicábamos al negocio. La venta ambulante era la manera de empezar, pero no era una idea sostenible en el tiempo. Generábamos ventas, pero no capital”, explica William. Por eso abrieron su primera sede en el barrio Quinta Linda, de Buenos Aires, donde pronto se ganaron el reconocimiento y aprecio de los vecinos. Con los deseos de crecer, inauguraron un segundo punto de venta en la avenida Ayacucho y no habían pasado más de treinta días cuando empezaron las obras del tranvía.
“Nosotros no esperábamos que el proyecto fuera a empezar tan rápido, fue una gran sorpresa. Sin embargo, creímos y nos quedamos. Implementamos estrategias de venta para sostenernos y estábamos seguros de que vendría una etapa de recuperación y de ganancias”, sostiene Gloria.
Paralelo al reconocimiento del sabor de las pizzas y las lasagnas, y a la excelencia en el servicio, otro sueño familiar se iba construyendo alrededor de la producción de helados artesanales. Daniela, su hija, heredó el espíritu emprendedor y mientras cursaba el bachillerato hizo un curso de preparación de helados que la marcó. Mientras su padre trabajaba en las fórmulas, los ingredientes y las composiciones químicas para lograr el mejor sabor, ella también se preparaba en ingeniería de alimentos y se alistaba para su siguiente paso: viajar a estudiar a la Universidad Carpigiani en Italia. Después de eso, solo vinieron buenas noticias: la participación y triunfo en el Gellato World Tour en Chicago en 2016 y el tercer puesto en el mundo en 2017 con el sabor Amor-Acuyá, una combinación de chocolate, maracuyá y el amor que la familia Lince Ledesma le ha puesto a todo lo que hacen.
Hoy, desde la sede principal de Pizzas & Lasagna, ellos agradecen no haberse ido de Ayacucho y se sorprenden al ver el mejoramiento de la movilidad, el sentido de pertenencia de la gente y, por supuesto, el incremento de quienes día a día visitan su local por el menú principal o por el postre que ya tiene el reconocimiento mundial de chefs y heladeros.
Un buen comienzo para crecer
Otro de los barrios de la capital antioqueña que se desarrolló principalmente con población desplazada a mediados de los años sesenta y setenta fue Carpinelo, en la comuna 1 Popular, casi al filo de las montañas del nororiente. Desde allí se empezaron a construir casas de madera y techos de zinc, y confluyeron dinámicas violentas que fijaron, con el paso de los años, la atención gubernamental.
En 2013, con la política de atención a la primera infancia de la ciudad y del país, se inauguró el decimocuarto Jardín Infantil Buen Comienzo de la ciudad, para que los niños tuvieran un lugar donde sembrar sus primeros sueños, oportunidades y recuerdos.
Bajo el diseño y la ejecución de la EDU, se construyeron 1.556 metros cuadrados de equipamientos, 598 de espacio público y 2.050 de área libre y recreativa, con dotaciones como diez salas de atención para niños, salacuna, lactario, sala de lactancia, dos salas para gateadores, comedor, cocina, zona administrativa y demás espacios requeridos.
Asimismo, con la operación de la Fundación Las Golondrinas y el apoyo del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar –ICBF–, se acompaña la atención del servicio con veintitrés madres comunitarias, ocho licenciadas en educación preescolar y un trabajador social, un psicólogo, un nutricionista, un artista mediador, una educadora especial y una enfermera profesional.
Pero además de la infraestructura y el personal profesional y técnico de apoyo, hay una apuesta educativa interdisciplinar que busca que los pequeños exploren y aprendan sobre temas como el agua, los animales, el medioambiente y las culturas regionales.
“Este jardín es un lugar de reconocimiento y de respeto, construido por la comunidad, donde se protege a los niños, se les cuida y se les forma en valores”, explica Yeini Margarita Ensuncho Celis, la coordinadora pedagógica.
Otro de los logros de este centro educativo, según el trabajador social Camilo Henao Mejía, fue posicionar la Mesa de la Primera Infancia de la comuna 1, donde participan alrededor de treinta personas, entre operadores de Buen Comienzo, líderes comunitarios, la Red de Bibliotecas, distintas secretarías de la Alcaldía, como de Gobierno y de Salud, y padres de familia, para buscar la movilización social, intercambiar conocimientos y experiencias para cualificar el trabajo, trabajar de manera articulada y reconocer a los niños como sujetos de derechos que son protagonistas del presente y gestores de un mejor futuro.
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David Escobar Arango, actual director de Comfama, conoció de cerca la gestión de la Agencia de Cooperación e Inversión de Medellín y el Área Metropolitana -ACI Medellín- desde sus inicios. Cuenta que, en 2004, cuando se desempeñaba como secretario privado del entonces alcalde, Sergio Fajardo, y coordinaba la línea de internacionalización del Plan de Desarrollo, la Agencia apenas se estaba configurando y unas cuantas personas trabajaban desde unos cubículos en el edificio de Empresas Públicas de Medellín desde el final de la administración anterior, pero desde ese tiempo ya se gestaba buena parte de lo que hoy es la entidad. En ese momento –dice– la estrategia era contar sobre Medellín, centrarse en establecer relaciones internacionales, de manera que luego fuera más sencillo atraer inversión, recursos de cooperación, estrechar lazos comerciales y entablar un diálogo cultural.
“La ACI no tenía una actitud soberbia, pero tampoco mendicante […] somos buenos, pero nos falta mucho y tenemos un montón de problemas, pero queremos compartir y aprender”. Subraya que ese rasgo de cultura organizacional de la Agencia permitió que cuando buscara tanto recursos de cooperación como atraer inversión, lo hiciera de una manera horizontal, contando la historia real de Medellín, sin desconocer el pasado, pero también mostrando las fortalezas de la ciudad. “Un discurso sin ganadores ni perdedores, en el que no se quiere traer una empresa para que haga una inversión y después se aburra porque no encuentra lo que esperaba”.
Así, con dignidad, comenzó a trabajar la entidad, a gestionar los primeros recursos y poco a poco ha ido avanzando en lo que David Escobar considera la tarea más importante: “La apertura mental y espiritual de los antioqueños”. Ocuparse de este asunto –insiste– constituye el papel esencial de la Agencia, pero también su gran reto: trabajar para que en esta sociedad se dé una mayor apertura mental, pues aunque cuenta con valores muy positivos, como el emprendimiento, la resiliencia y la capacidad de sobreponerse ante la adversidad, tradicionalmente Antioquia no ha estado muy abierta ni a la inmigración ni a las culturas del mundo. “Yo diría que no ha sido una sociedad internacionalista, aun en los años recientes”, resalta.
Reconocerse y promover la diversidad
“Quiero que las culturas de todas las tierras del mundo soplen con libertad absoluta a través de mi casa. Pero me niego a ser barrido por cualquiera de ellas”, es una de las frases de Mahatma Gandhi, que cita el antropólogo y escritor Wade Davis en uno de sus libros y que David Escobar retoma para explicar la necesidad de seguir trabajando en un pensamiento global que conduzca a la ciudad, a las empresas y a la población a un proceso de internacionalización, sin que ello signifique sacrificar la identidad. Su argumento parte del hecho de que al conocer otras culturas, se reconoce y se entiende la propia y esto permite construir una sociedad en la que participen activamente inmigrantes, personas que vengan de otras geografías a estudiar en las universidades locales, a hacer negocios, a trabajar o hacer pasantías en las compañías. “Qué bueno que las empresas de Antioquia, las que nos han hecho lo que somos, dijeran: en mi comité directivo hay un europeo o un brasileño […] Creo que parte de la riqueza futura de esta sociedad nuestra está en abrazar y promover la diversidad”.
Ahora que está del lado del sector privado, que conoce las necesidades de las empresas de Antioquia, cree que esta tarea no es solo de la ACI Medellín, ni de la Alcaldía, sugiere que lo público y lo privado, las entidades sociales y la academia aúnen esfuerzos, de manera que los resultados se obtengan más fácilmente. Incluso, va más lejos y sugiere que la Agencia también tenga presencia de la academia, el sector privado y las organizaciones sociales, no es otra cosa que “preservar esos rasgos que nos hicieron únicos desde finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX, lo que nos ayudó a sobrevivir a la crisis más profunda de las décadas de 1980 y 1990”, concluye.
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Con casi cien años de existencia, Grupo Nutresa es una de las empresas más importantes del país. Vende sus productos en 70 países del mundo, tiene operaciones en 15 naciones, cuenta con más de 45.000 empleados y en 2016 alcanzó ventas por más de $8,6 billones. Es una de las seis compañías colombianas con mayor valor en bolsa y una de las seis multilatinas cuya sede principal está en Medellín.
En los últimos años se ha internacionalizado, se ha extendido no solo en el mercado latinoamericano, sino en geografías más distantes como la asiática. Es una compañía que forma parte del tejido empresarial, su historia está atada al desarrollo económico y social de la ciudad y constituye una pieza clave en el proceso de industrialización que Medellín inició a comienzos del siglo XX. Se ha reinventado y ha ejecutado una estrategia que la ha convertido en una de las compañías de alimentos más reconocida en Latinoamérica, no solo por la calidad de sus productos, sino por su compromiso en cuanto a sostenibilidad. Carlos Ignacio Gallego, presidente del Grupo, conversó con la revista Link sobre la importancia de las entidades de cooperación para atraer inversión y acompañar el desarrollo industrial, que trae consigo progreso económico y social.
¿Cuál es el papel de la industria en el proceso de transformación de la ciudad?
El desarrollo empresarial está ligado al desarrollo social. De hecho, está probado estadísticamente que una parte importante de la productividad y la competitividad de la empresa tiene que ver con el medio o con el marco en donde actúa. Casi diríamos que 60% de la productividad corresponde a lo que se hace adentro y el otro 40% a lo que se hace hacia fuera. Grupo Nutresa nació en esta ciudad, tiene algunas de sus empresas más importantes basadas acá y ha estado siempre ligada al progreso y al desarrollo de Medellín.
¿Por qué Nutresa ha permanecido en Medellín?
Cuando nos preguntan por el modelo de negocio de esta empresa, siempre hablamos de tres elementos: las personas, las marcas y la distribución […] Entonces, el hecho de que estas compañías sigan acá, no es solo una razón histórica, porque perfectamente pueden tener sedes en muchos lugares. Estar acá tiene que ver, primero con el talento que hay en la región, que es la fortaleza más grande, y en segundo lugar con un desarrollo muy importante de marcas y desde acá ha podido proyectar ese crecimiento para actuar en otras categorías y en otras geografías.
Este grupo no es el mismo hoy que hace cien años, porque las compañías cambian, se transforman, evolucionan, como lo debemos hacer todos, pero está comprometido con la región, con su desarrollo y sabe que lo que más favorece al desarrollo empresarial es un medio que le brinde las condiciones adecuadas para crecer, ser rentable y poder reinvertir.
En sus orígenes, estas compañías fueron muy locales, pero especialmente después del año 2000 aceleraron el paso para estar presentes en otros mercados, con una mirada de largo plazo, no solo de aprovechar una oportunidad puntual, sino de construir una presencia regional que, tuviera una duración grande y que aportara de manera importante al desarrollo en otros países.
¿Cómo ha sido el proceso de expansión?
Es un proceso que se ha hecho con enorme humildad, porque se trata no solamente de vender en otros lugares lo que vendemos en Colombia, sino que se trata de aprender sobre los clientes, sobre los consumidores, sobre los compradores; se trata de respetar lo local, de valorar el talento en cada una de estas regiones y de construir ofertas de valor diferentes a las de los competidores y mejores, y ganar la preferencia en esos mercados.
Eso se ha hecho venciendo las limitaciones que imponía al comienzo el hecho de que Antioquia fuera por mucho tiempo una región encerrada por estas montañas, donde la falta de una infraestructura adecuada hizo que se mirara hacia adentro, además, porque el país estuvo –por muchos años– limitado por políticas proteccionistas. Este es un grupo que cree en la conveniencia de la libre competencia, que cree que exponerse a otros mercados y a otras culturas, a consumidores más exigentes nos hace mejores, un grupo que se atrevió en 1961 a hacer la primera exportación de café procesado a Asia y que hoy tiene inclusive operaciones propias en el Sudeste Asiático.
¿Cuál es la importancia de una entidad como la ACI Medellín para contribuir al desarrollo de las compañías y de la ciudad?
Resaltaría la importancia que esta entidad tiene para construir una mentalidad más global en Medellín. Tal vez lo que uno más necesita para internacionalizarse es mentalidad, una apertura mental que le permita mirar al otro, respetarlo, tratar de aprender, valorar lo nuestro, pero saber que puede haber cosas mejores en otros lados; tratar de aprender rápido, de combinar las fortalezas que hay en lo local con las que hay en lo internacional; entender que las nuevas formas de ver el mundo y la diversidad son una riqueza y no una amenaza; tener la apertura para comprender que los negocios tienen que cambiar y evolucionar y que eso no es malo, es natural. Entender que no se puede internacionalizar solo una compañía, sino una sociedad y ese es el camino que ha venido recorriendo Medellín, superando etapas muy difíciles, superando violencia, pobreza y desigualdad y entendiendo que sí se puede trabajar en conjunto entre lo público y lo privado, que puede haber construcción de lado y lado, que unas instituciones sólidas son buenísimas para que haya desarrollo empresarial y que los empresarios podemos ayudar a que se dé esa simbiosis y que haya desarrollo no solo para los empresarios, sino para la sociedad completa.
La ACI es un facilitador de la internacionalización de la ciudad, debe ser un facilitador de la presencia empresarial, de ese cambio de mentalidad que se necesita para crear un Estado y unas empresas
más conectadas al mundo de hoy, no al del pasado”.
Carlos Ignacio Gallego, presidente Grupo Nutresa.
En estos 15 años, la ACI Medellín ha atraído inversiones por más de USD1.600 millones. Desde su punto de vista como empresario, ¿qué tendría que seguir haciendo la ciudad para que esas inversiones crezcan y haya un mayor desarrollo económico y social?
Las compañías se internacionalizan en muchas formas. Hay compañías que se vuelven internacionales por los insumos, porque usan insumos que no se producen localmente; hay compañías que se vuelven internacionales por los clientes, porque les venden a clientes que están por fuera; hay compañías internacionales por los inversionistas, porque hay personas por fuera que deciden invertir, comprar acciones, que puede que actúen localmente, pero son internacionales; hay otras que se vuelven internacionales porque tienen talento, que no es solo el nacido acá.
Yo creo que a Medellín le convienen todas esas formas de internacionalización, porque en el fondo lo que hay ahí es generación de oportunidades, de ser más competitivos, de tener mejor talento, de atender mercados más grandes, de generar más valor económico y social, de que haya más empleo, más impuestos y más oportunidades.
Esa internacionalización se da de muchas formas, no se logra simplemente regalando recursos, se logra con reglas de juego claras, con estímulos, con buenos servicios públicos, con una mejor educación, mostrando cosas que tenemos y puede que nadie las haya divulgado.
Yo creo que uno de los temas interesantes de la Agencia, pero que no es solo su responsabilidad, consiste en ser un facilitador, un catalizador que hace que todo ese proceso de internacionalización pueda ser más acelerado que el que se da en lugares donde no hay ese tipo de estímulo o facilitación.
Los empresarios estamos permanentemente revisándonos y buscando oportunidades y en este caso la ACI es un aliado que está disponible, actúa con iniciativa, no solamente como demanda; que no está sentado esperando a que lo llamen, sino que trata de generar oportunidades y de acompañar esfuerzos donde la ciudad pueda progresar alrededor de volverse una ciudad más conectada con el resto del mundo. Esa conexión es una necesidad. En algunos casos es muy sencilla; en otros, más elaborada; a veces exige vencer prejuicios o fama por problemas que a lo mejor ya fueron superados; en otros nos toca ser muy realistas y reconocer las dificultades que tenemos, pero mostrar que estamos trabajando para salir de ellas. Creo que ese es uno de los méritos que justifica que exista una entidad como esta.
Cuando ustedes estudian una nueva inversión, ¿qué miran, aparte de la oportunidad de negocio?
En primer lugar miramos el tamaño y la dinámica del mercado; en segundo lugar buscamos ir a lugares donde se vea la iniciativa privada como un desarrollo. No en todos los países es así, nosotros queremos ir donde el sector privado sea visto como un motor de desarrollo, donde se respete la propiedad privada, la libre empresa, la libre competencia; en tercer lugar, nos interesa ir a países donde podamos aplicar las capacidades que tenemos y donde podamos tener aliados que estén dispuestos a combinar sus capacidades con las nuestras. El otro es un análisis del balance entre riesgos y oportunidades para determinar a dónde ir.
Yo creo que la mayoría de las empresas hacen un análisis como el anterior, y ese es un escenario en el que tener una entidad que sea capaz de mostrar las ventajas, los riesgos de manera realista, pero asesorar al que se quiera acercar, puede ser muy importante para el desarrollo de la región. Es más, interactuamos en muchos países en América y en Asia con entidades parecidas a la ACI, que hacen lo mismo. A nivel local hay distintas entidades creadas por los municipios o por los concejos de las ciudades, que promueven a las ciudades y acompañan el establecimiento de empresarios que quieren ir y hacer negocios. Aunque las entidades de orden nacional son muy importantes, realmente uno no llega a instalarse en el país, uno se instala en una ciudad, entonces los aliados locales hacen que el esfuerzo nacional sea posible.
En Medellín todavía hay temor de que vengan empresas extranjeras… Por eso, hay que crear mentalidad. Cuando yo digo exponerse a otras culturas, a otros mercados, a otros consumidores, a otras personas es una fuente de crecimiento y no un problema. Esa es la mirada, o sea, se trata de alejarnos del proteccionismo y trabajar más en productividad, en competitividad, en el desarrollo del talento, en el uso de la tecnología, lo cual es más valioso que las protecciones.
La ACI lo ha venido haciendo, incluso viró de solo captar recursos de cooperación a atraer inversión… Lo que yo he visto en el mundo es que entidades como la ACI llegan a ser como la oficina de desarrollo de la ciudad, y la buscan adentro y afuera. Por ejemplo, la DCOA (Development Corporation of Abilene) en Texas tiene una oficina de desarrollo de la ciudad y por eso le interesa fomentar no solo las empresas de afuera, sino también las de adentro y desarrolla todos los frentes que se requieran.
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En un bar de Buenos Aires y con una cerveza en la mano, cuatro amigos, Martín Migoya, Guibert Englebienne, Martín Umarán y Néstor Nocetti, se decidieron a iniciar la aventura de hacer empresa en un país lleno de incertidumbre. En 2003, Argentina pasaba por uno de los peores momentos en su historia económica, venía de tener crecimiento negativo, altas cifras de desempleo y una inflación superior a 40%.
Era el momento menos propicio para iniciar un negocio. Sin embargo, a veces en los tiempos más oscuros se producen las mejores ideas y ese día, con la cerveza en la mano, se les ocurrió que podrían crear una compañía de transformación digital, capaz de solucionar problemas de software a la velocidad y con la tecnología que las empresas lo requerían. Pero no contentos con la idea, también pensaron que Globant, su emprendimiento, prestaría sus servicios en el mercado exterior y que un porcentaje muy pequeño se quedaría en Argentina.
Empacaron maletas, juntaron la experiencia de los cuatro, viajaron y en Londres encontraron su primer cliente: Lastminute.com, una aerolínea de bajo costo que vendía muchos tiquetes por internet, pero que permanecía con la página casi siempre caída. Les preguntaron que si eran capaces de resolver sus dificultades y ellos, sin pensarlo mucho, dijeron que sí, montaron un equipo de trabajo y empezó una historia que hoy lleva 14 años y se escribe en 31 oficinas de 12 países del mundo.
Globant es una multinacional de tecnología, nació en Argentina, está en 12 países y desde 2013 se instaló en Medellín. La innovación, la transformación y el talento la atrajeron.
En Argentina, Uruguay, Colombia, Brasil, México, Perú, India, Reino Unido, España, Chile y Estados Unidos, más de seis mil empleados se dedican a crear estrategias de transformación digital. “Nosotros lo llamamos la plataforma digital journey, que conecta a los usuarios de una marca y genera empatía”, dice Esteban Molina, Site Manager de Medellín, para explicar que Globant hoy es mucho más que una compañía que resuelve problemas de software, que entre su portafolio de servicios ofrece tecnologías como gaming, datos, internet de las cosas e inteligencia artificial, pero que sobre todo trabaja para generar engagement entre las marcas y sus clientes.
A buscar talento
En el ADN de Globant están la innovación y la necesidad de encontrar talento donde sea, no solo en las ciudades principales, sino en el lugar del mundo en el que esté disponible. Si bien nació en Buenos Aires, una ciudad capital, tenían claro que el talento en Argentina estaba también disperso en el interior, cerca de las universidades y así, pronto fueron abriendo sedes en provincia y ese mismo modelo lo extendieron a los países donde arribaban.
A Colombia llegaron en 2011, inicialmente se instalaron en Bogotá, pero dos años y medio después empezaron a ver opciones. Procolombia les mostró Medellín, Cali y Bucaramanga, luego vino la Agencia de Cooperación e Inversión de Medellín y el Área Metropolitana –ACI Medellín-– que les expuso la realidad de la ciudad. Para Globant, Medellín era la de la década de 1990, la que describían las películas y las series, sin embargo, la ACI Medellín les presentó una ciudad en proceso de transformación. Encontraron una ciudad con un entorno tecnológico y de innovación, con buenas universidades, un equipamiento urbano adecuado, una metamorfosis social continua, pero sobre todo con talento, el insumo en el que siempre se han enfocado.
Además de darles argumentos para abrir su oficina en Medellín, la entidad los conectó con lo que necesitaban, los presentó con Ruta N y los acompañó durante el proceso de instalación y de permanencia.
“En 2013 iniciamos en Medellín. Arribamos más o menos en abril y fue un proceso muy rápido. Necesitábamos crecer y en cuestión de un mes ya teníamos resueltas todas esas variables. Llegamos a Ruta N unos cuantos y luego, en ocho meses, éramos cien”, relata Esteban Molina, hoy Site Manager en Medellín, pero que en 2013, cuando llegó Globant, se trataba de un ingeniero más que entraba a trabajar en una compañía argentina que ya era reconocida y que buscaba un entorno en el que pudiera seguir creciendo y generando productos para sus clientes en todo el mundo.
Cuando Globant arribó a Medellín era una de las primeras compañías en operar con la figura de landing en Ruta N, abrió con dos empleados y sin ningún mobiliario, pronto el personal se multiplicó, alcanzó los primeros cien, y en agosto de 2017, los encargados de atender desde Medellín los requerimientos de algunos de los clientes ya sumaban 454. En Ruta N estuvieron dos años y medio, tiempo más que suficiente para crecer y expandirse y hacerse un lugar dentro de la organización. En 2015 estrenaron su propia sede, comparada con la de Google en Silicon Valley. Sillas columpio, pufs y sillones para dormir una siesta, sala de masajes, mesas de juego, una zona de asados y café, junto con otros beneficios que procuran retener el talento de ingenieros, diseñadores web y de experiencias, entre otros profesionales que hoy integran el equipo y que cada mes se refuerza con el ingreso de 16 o 18 personas en promedio.
“Medellín ya es reconocida en el mundo como una ciudad de servicios, de innovación y de tecnología, y la ACI es el motorcito de seducción para traer a las empresas del mundo”. Esteban Molina, Site Manager, Globant Medellín.
En Medellín no solo encontraron talento, sino un entorno favorable –dice Esteban Molina–, pues aunque las zonas francas pueden ser muy atractivas para las compañías en expansión, los parques industriales y los espacios como Ruta N son de gran ayuda porque propician un área física a un buen precio para quien recién comienza, pero también por la ubicación. En el caso de Ruta N, está situada en el denominado Distrito de Innovación y ofrece la oportunidad de compartir sitio con otras compañías que viven procesos similares, que buscan abrir mercados y que pueden convertirse en clientes y proveedores potenciales. “En Ruta N nos salió la oportunidad de desarrollarle algo a alguien, pudimos contratar personas que conocimos allá. También vimos historias de fracasos y de todo eso se aprende”.
“De la ACI me gusta que no olvida, trae las empresas y no siente que ya hizo el trabajo. Mantiene la relación, acompaña y sigue de la mano”, agrega el responsable de la operación en Medellín, que ya enfrentó la dificultad para que algún cliente aceptara que su equipo de trabajo desarrollara proyectos desde esta ciudad, pero que con el trabajo de Globant, su reputación, y con la ayuda de la ACI Medellín han modificado el imaginario que tenían en su memoria.
Seguir creciendo
La comparación de Globant con Google no es una coincidencia. La aerolínea inglesa que creyó en ellos los recomendó con Google y pronto se convirtieron en uno de sus proveedores. Luego vendrían otras marcas como Fox, Coca-Cola, American Express, BBVA, Petrobras, Santander, Mercado Libre y Money Gram, entre otras, que han contratado sus servicios y la oficina de Medellín se ha constituido en una pieza fundamental, pues desde allí se resuelven muchos de los productos que van a algunos de los clientes más importantes de la compañía. Incluso la expectativa a corto plazo para Medellín es duplicar sus empleados y llegar a los 900, para continuar atendiendo las necesidades de las compañías del mundo.
En 2014 ocurrió para Globant lo que nunca soñaron los cuatro amigos en ese bar de Buenos Aires: tocaron la campana en el New York Stock Exchange, la prestigiosa bolsa de Wall Street. Ese día se convirtieron en una más de las compañías de tecnología en el mercado de valores más grande del mundo, pero no una compañía como todas, sino una bien particular, una que ha crecido en entornos de ciudades pequeñas, rodeadas de universidades, donde se va formando el talento; en ambientes altamente innovadores y con gran interés en la tecnología.
Cuando una multinacional como Whirlpool busca dónde invertir, en los países se genera una especie de competencia para ser elegido y recibir los fondos y beneficios de esa inversión: desarrollo económico y social, mejor calidad de vida, posicionamiento y proyección internacional del país y la ciudad.
La marca líder de electrodomésticos en el mundo estableció una alianza con Industrias Haceb para abrir, hace dos años, la primera planta de producción de lavadoras en Colombia y la región andina.
Una de las razones por las que Whirlpool decidió invertir en Colombia y específicamente en Antioquia, fue la posición estratégica que tiene para la región andina y Centroamérica, así como el talento humano y la experiencia que encontró en Industrias Haceb, pues como explica Alejandro Toscano, Government Affairs & Communications Manager de Whirlpool en Latinoamérica, “es una de las principales condiciones que una empresa busca al momento de invertir, porque no se puede materializar una inversión sin una mano de obra capacitada que la lleve adelante”.
Fuera de esto, el parque industrial de Haceb, líder en el mercado colombiano en la producción de electrodomésticos, y el contar con vías de acceso que permiten una adecuada logística apalancaron la inversión de esta multinacional, que en Latinoamérica solo tenía una planta de lavadoras en Brasil.
Una alianza 50/50
Industrias Haceb y Whirlpool suscribieron un joint venture para la producción de lavadoras. La empresa colombiana aportó el conocimiento y la adquisición del talento humano local, y la multinacional, la experiencia y el desarrollo tecnológico necesario para el proceso de fabricación de las lavadoras: los equipos de producción se trajeron de España, Italia, Estados Unidos y Japón, lo que hace que la nueva planta, ubicada en el municipio de Copacabana, tenga la mejor tecnología. A través de la sociedad Haceb Whirlpool Industrial S.A.S. se materializó la alianza, que tuvo una inversión de USD50 millones. Fernando Szewkies, gerente de la sociedad, aclara que la alianza solo es industrial –en la planta se producen alrededor de 70 referencias de lavadoras de las dos marcas–, pues en el mercado siguen siendo competidores, cada socio tiene sus propias estrategias y equipos comerciales. Actualmente, esta sociedad exporta lavadoras de alta tecnología y calidad a 17 países del Caribe, Centroamérica y Suramérica.
Oportunidad de empleo
La inversión extranjera en una ciudad trae nuevas oportunidades de empleo para sus habitantes, con la sociedad Haceb-Whirlpool se han generado cerca de 200 empleos directos –alrededor de 50% son mujeres– y más de 1.000 indirectos, representados en los proveedores y la cadena de suministro. Sin embargo, no se trata solo de contratar nuevos empleados, hay que capacitarlos y entrenarlos para que entiendan los estándares de producción de la compañía y sepan cómo deben hacer las cosas, por eso, toda persona que ingresa debe asistir a la Escuela de Destrezas, “una inversión que hacemos para garantizar el mejor personal y de esta forma, junto con la tecnología que tenemos, lograr la mejor calidad y altos índices de productividad y eficiencia”, dice Szewkies. Esto también demuestra el interés de los socios en ofrecer a sus empleados las mejores condiciones de trabajo y generar en ellos fidelización, sentido de pertenencia y motivación para crecer juntos y trabajar por el desarrollo y el fortalecimiento de la industria colombiana. “Nos retamos para hacer las cosas cada vez mejor, aunque tengamos muy buenos indicadores en calidad, productividad, medioambiente, seguridad y salud, sabemos que se puede seguir mejorando. El mejoramiento continuo es la base cultural de esta compañía”, concluye Szewkies.
Logros de esta alianza
En dos años de operación de la planta de lavadoras Haceb-Whirlpool se ha logrado reconocimiento nacional e internacional por la calidad, la innovación y las acciones para disminuir el impacto medioambiental de las operaciones, igualmente, por exportar lavadoras de última tecnología a 17 países y estar en la búsqueda constante de nuevos mercados. Todo esto beneficia a ambos socios; por un lado, Haceb logró entrar a la producción de lavadoras con el respaldo de una compañía con 106 años de experiencia en la fabricación de este tipo de electrodomésticos y, por otro, Whirlpool abrió una planta moderna y estratégica para el mercado latinoamericano que opera gracias al compromiso y disposición del talento humano local que se adaptó rápidamente a los estándares de calidad global de la compañía.
Construir una red
La Red de ensamble es una alianza entre seis empresas locales para promover el desarrollo y la competitividad del sector manufacturero de la ciudad. Esta red trabaja en la atracción de proveedores nacionales e internacionales de tecnologías de interés y la formación de capital humano a la medida. Industrias Haceb hace parte de esta red. La ACI Medellín tiene un papel articulador para la red: sugiere y genera reuniones pertinentes y estratégicas para sus miembros, los apoya y gestiona diferentes encuentros para mostrar los beneficios de la ciudad y su riqueza industrial.
Para que haya inversión extranjera en una ciudad, se tienen en cuenta tanto las necesidades de la compañía inversora como las condiciones que la ciudad ofrece, por ejemplo, el talento humano de sus habitantes.
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Hace 25 años fuimos la ciudad más violenta del mundo. Hoy somos un referente de transformación. Nuestra gente se apropió de sus territorios, y gracias a un trabajo articulado entre todos los sectores de la sociedad -Incluyendo organismos como la ACI- hemos alcanzado una ciudad que nos llena de orgullo.
Medellín es protagonista del más grandioso proceso de transformación. Reconocemos nuestro pasado, pero miramos con convicción hacia el futuro. Sabemos que hemos recorrido un largo camino, pero sobre todo somos conscientes de que queda mucho por hacer. Vivimos una de las migraciones del campo a la ciudad más importantes del país y una violencia que pocos lugares en el mundo han experimentado. Pero esa historia nos hizo fuertes y es la que nos permite construir nuestro presente y soñar con un futuro en el que toda nuestra gente tenga las garantías necesarias para llevar una vida feliz.
Somos una ciudad de posibilidades infinitas que reafirma el compromiso de llegar lejos con la participación de los ciudadanos, de las instituciones públicas, la empresa privada y las universidades. De la mano de organismos como la Agencia de Cooperación e Inversión de Medellín y el Área Metropolitana –ACI Medellín– hemos creado puentes, hemos construido relaciones, hemos gestionado procesos de cooperación para apoyar la ejecución del Plan de Desarrollo y hemos contado nuestra propia historia de esperanza, pujanza y resiliencia.
Hoy seguimos trabajando por una Medellín segura, competitiva, innovadora, sostenible y apta para los negocios, y para lograrlo trabajamos en un modelo de gestión pública basado en la confianza ciudadana. Una ciudad en la que podemos confiar es una ciudad que funciona porque cada quien da lo que le corresponde y recibe lo que espera. En este proceso, construimos una visión de largo plazo, asumimos riesgos y transformamos los territorios para el bienestar de la gente.
Se trata, esencialmente, de impactar de manera positiva las vidas de las comunidades. Por eso nos hemos propuesto llevar a cabo el Plan Maestro del Centro, que tiene componentes ambientales y de urbanismo fundamentales para recuperar este gran espacio de ciudad. Asimismo, el proyecto del Metrocable de Picacho nos permitirá conectar la población de la ladera nororiental con el resto de la ciudad en menor tiempo y por menos dinero del que invierten ahora. Además, nuestra estrategia integral de seguridad y convivencia nos permite garantizar la tranquilidad de nuestra gente. A esta apuesta se suman los esfuerzos que hemos hecho en materia de educación y empleo: 1.441 niños que estaban desescolarizados volvieron a estudiar; otorgaremos 10.000 becas de educación superior, una oferta construida de la mano del sector privado para garantizar pertinencia; y hemos llevado la oferta institucional de empleo a los barrios de la ciudad, impactando más de 70.000 personas.
En Medellín buscamos ser un motor que impulse el crecimiento del país y esperamos que caminando juntos, como lo hemos hecho en estos primeros 15 años de la ACI Medellín, continuemos mejorando los índices de desarrollo humano de nuestros ciudadanos gracias a la unión de voluntades y a la visita de representantes y ejecutivos internacionales que viven y sienten nuestro cambio para contarlo al mundo.
“Si tenemos una ciudad en la que podemos confiar, tenemos una ciudad que funciona porque cada quien da lo que le corresponde y recibe lo que espera”.
En el ciclo de la vida, cumplir quince años representa el fin de la infancia y el comienzo de la adultez. En esos primeros años se establecen las bases del futuro, a esa edad tenemos algunas certezas, pero también nos reinventamos, conservamos unas características y modificamos otras, todo con el propósito de adaptarnos.
Ese mismo camino lo ha recorrido la Agencia de Cooperación e Inversión de Medellín y el Área Metropolitana. Nació y se creó con el objetivo de actuar como una entidad de relacionamiento, pero también con el propósito de gestionar recursos para la cooperación y así lo hizo durante seis años. No obstante, con los cambios del entorno y producto de una lectura juiciosa de la ciudad y de sus necesidades, encontró que debía complementar su vocación. Así nació el propósito de atraer inversión extranjera, que hoy representa un ingreso superior a los recursos que se captan por cooperación.
En estos años, la labor de la Agencia se ha concentrado en tender puentes, construir relaciones, gestionar procesos de cooperación para apoyar los proyectos del plan de desarrollo, pero también para posicionar a Medellín como una ciudad pujante, resiliente, apta para los negocios, con talento humano y con un entorno favorable para facilitar el crecimiento de la cooperación y la inversión.
La ACI Medellín ha sido una pieza fundamental en el proceso de transformación de la ciudad, ha sido la encargada de mostrarle al mundo que esta es una urbe con un pasado complejo, pero capaz de reponerse y de pasar de la violencia, del miedo, la inseguridad y las profundas desigualdades a la búsqueda de la equidad y el desarrollo sostenible. Pero sobre todo, que se reconozca como una ciudad que se reinventa a partir de su historia y que hoy quiere ser reconocida como un territorio que le apuesta a la innovación.
En este propósito, la labor de la Agencia ha sido de filigrana, la de un tejedor de voluntades que se unen para formar una trama que soporte a la ciudad, transformándola ante los ojos del mundo para fortalecer sus capacidades, promover su desarrollo e impactar la vida de los ciudadanos. Durante estos quince años hemos logrado poner en marcha proyectos de cooperación internacional por USD83 millones y hemos atraído USD1.629 millones en inversión con un número importante de generación de plazas de empleo calificado y semicalificado.
Sabemos que los resultados no son producto del azar, sino del trabajo juicioso y de la madurez que en tres lustros la ACI Medellín ha alcanzado y hoy queremos presentarlos en esta publicación que hemos denominado 15 años, 15 historias en la que compartimos los logros, mostramos el camino que hemos recorrido y las huellas que hemos dejado en esta ciudad.
Con quince años, nos sentimos listos para afrontar los retos de la ciudad. Si bien hemos logrado acercar el mundo a Medellín y la ciudad al resto del mundo, sabemos que –como en el ciclo vital de un ser humano– este es el inicio de una etapa nueva con muchos desafíos. El reto mayor está en articular esfuerzos con la empresa privada, la academia y las organizaciones sociales para generar proyectos e iniciativas que contribuyan a la internacionalización y al desarrollo de la ciudad y de la región.
Este año se realizó en la ciudad el “Medellín Lab” o “Laboratorio Medellín”, evento que reunió a representantes de más de 35 ciudades del mundo para compartir diferentes metodologías y experiencias sobre seguridad y convivencia, así como analizar el caso Medellín y la capacidad de recuperación que ha tenido en los últimos 20 años.
Este fue el espacio ideal para compartir el Modelo de Gestión Local de Seguridad y Convivencia de la capital de Antioquia. Medellín Lab es el primer programa de laboratorio vivo en Colombia, organizado por cooperación internacional entre el Banco Mundial, USAID, la Fundación Rockefeller, 100 Ciudades Resilientes y la Agencia de Cooperación e Inversión de Medellín y el Área Metropolitana – ACI Medellín.
El laboratorio ofreció una aproximación integral de ciudad con relación a la Política Pública de Seguridad y Convivencia de Medellín. Con las visitas a los diferentes equipamientos y programas de ciudad, se evidenció cómo cada uno de ellos se encuentra articulado de forma coherente. Así, para desarrollar el Medellín Lab, se identificaron estructuras y programas en lugares representativos de la ciudad donde los temas de seguridad y convivencia han tenido especial relevancia. En esta dinámica se privilegió el contacto directo con los actores locales.
Durante esta experiencia los participantes tuvieron la oportunidad de conocer los retos de Medellín y sus historias de éxito en materia de seguridad y convivencia, compartir sus vivencias y generar intercambios de doble vía, así como compartir valiosos aprendizajes y compromisos.
El Banco Mundial resumió y relató los aspectos más importantes que dejó el Medellín Lab en un video que reúne testimonios y detalles que narran historias y acciones que permitieron a la ciudad transformarse en epicentro de aprendizaje urbano integral y resiliencia.
La voluntad política y la construcción de alianzas internas y externas son dos de los pilares para que los proyectos de internacionalización de las ciudades sean sostenibles, según las conclusiones extraídas del VIII Taller de Aprendizaje: “Hacia una Acción Internacional Sostenible” organizado por la Alianza Euro-Latinoamericana de Cooperación entre Ciudades (Proyecto AL-LAs), la Unión de Ciudades Capitales Iberoamericanas (UCCI) y la Agencia de Cooperación e Inversión de Medellín (ACI).
En este espacio de intercambio de experiencias que tuvo lugar en Medellín la semana pasada participaron representantes de diez Gobiernos locales iberoamericanos (Quito, Brasilia, Asunción, Río de Janeiro, Ciudad de México, La Habana, Lima, Montevideo, Madrid y Buenos Aires) y en él se trabajó en la identificación de las claves para la sostenibilidad de los proyectos de internacionalización de las ciudades y en la definición de los criterios para medir y evaluar los resultados de los mismos.
En cuanto al primer eje temático, se señaló que las urbes “se enfrentan a diversos problemas para hacer sostenible la acción internacional” y que “no existe una receta única” para lograr que la misma tenga éxito, si bien es posible “delinear una serie de acciones estratégicas a partir de la identificación de elementos cruciales que puedan influir en un momento específico”. En ese sentido, los participantes discutieron diversas acciones a desarrollar en las tres etapas de los procesos de internacionalización (diseño, implementación y evaluación).
Para la fase de diseño, se destacó la necesidad de que exista una voluntad política para que el proyecto pueda tener éxito. A ello se une, entre otras cosas, la importancia de realizar un sesudo análisis de las tendencias internacionales. “Una buena estrategia internacional debe ser a la vez territorial y global: ¿Cuál es el entorno internacional en el que la ciudad/región busca posicionarse? ¿Qué factores o tendencias internacionales constituyen la mayor oportunidad/riesgo para la ciudad/región en este momento? ¿Cuáles son las prioridades de políticas exterior a nivel nacional que podrían reforzarse o apoyarse desde lo local, haciendo usos de las fortalezas y ventajas que ofrece el territorio”, indica la relatoría del taller elaborada por la UCCI.
Asimismo, para la fase de diseño se apunta la necesidad de identificar a los actores internos y externos que puedan ayudar en la planificación del proyecto así como tener en cuenta las experiencias de otras ciudades y adaptar sus buenas prácticas.
En la parte de implementación, se ha destacado que el plan de internacionalización debe estar centrado en áreas temáticas priorizadas sin perder la multidimensionalidad. Además, debe ser participativa y visible y también tiene que contar con las capacidades técnicas y humanas necesarias para desarrollar su misión con efectividad. En cuanto a este último punto se identificaron las capacidades institucionales, operativas y de recursos humanos.
En el debate surgido en el taller acerca de la fase de implementación, la UCCI destacó que para que la actividad internacional de una urbe sea sostenible debe contar con apoyo político y con un tejido de alianzas internas y externas. En el apartado interno se deben “generar empatías” para facilitar la coordinación con diferentes áreas de gobierno y establecer “mesas multiactor para el diálogo y construcción de agendas comunes”. En cuanto a las alianzas externas, se subrayó la necesidad de que haya un “tejido asociativo, económico, empresarial y académico” que tenga en cuenta “otras redes y organismos internacionales” para facilitar la proyección. Asimismo, en la relatoría se destaca el papel de la comunicación y de la evaluación de los procesos, entre otros aspectos.
En la última jornada del taller se abordó la fase de evaluación y se señalaron algunos criterios a tener en cuenta para la medición del impacto de los proyectos de internacionalización de los Gobiernos locales, los cuales se pueden consultar en la relatoría.
En los próximos meses se publicará un cuaderno de aprendizaje con los principales avances recogidos en el taller con el objetivo de que sirva como instrumento para la compilación de contenidos en el marco del intercambio de experiencias entre las ciudades acerca de la internacionalización de proyectos.
Fuente: ANCI | Unión de Ciudades Capitales Iberoamericanas
Durante 5 días, desde el 29 de mayo al 2 de junio de 2017, se realizó en la ciudad de Medellín el primer Medellín Lab, el cual tuvo como objetivo compartir el Modelo de Gestión Local de la Seguridad y Convivencia de Medellín. Se abordó el Modelo y sus ejes transversales conociendo, visitando e interactuando con las instituciones, programas, estructuras y grupos poblaciones que están involucrados directamente en este.
El ejercicio, ofreció una aproximación integral de ciudad con relación a la Política Pública de Seguridad y Convivencia de Medellín. Con las visitas a las diferentes estructuras y programas se buscó dar a entender como cada uno de ellos se encuentra articulado de forma coherente y hace parte del andamiaje del Modelo. Así, para dar desarrollo al Medellín Lab de cara al Modelo, se identificaron estructuras y programas en lugares representativos de la ciudad en donde los temas de seguridad y convivencia han tenido especial relevancia. En esta dinámica se privilegió el contacto directo con los actores locales.
Durante esta experiencia los participantes tuvieron la oportunidad de conocer los obstáculos de Medellín y sus historias de éxito en materia de seguridad y convivencia, compartir sus propias vivencias y generar intercambios de doble vía, así como llevar valiosos aprendizajes y compromisos.
Este ejercicio fue organizado por el Banco Mundial, USAID, la red 100 Ciudades Resilientes de la Fundación Rockerfeller, la Alcaldía de Medellín y la ACI Medellín. En el evento se contó con la participación de representantes de Estados Unidos, México, Argentina, Brasil, Chile, Santa Lucía, Guyana, El Salvador, Guatemala, Honduras, Jamaica, Nicaragua, Venezuela, Uruguay, y Colombia.
A continuación, se presenta un breve recapitulativo cronológico de las actividades, reflexiones, discusiones, lecciones aprendidas y experiencias vividas durante los 5 días del Medellín Lab.
Representantes de más de 35 ciudades, llegarán a Medellín para compartir aprendizajes y metodologías en temas de seguridad, convivencia y resiliencia.
Medellín Lab será la plataforma de lanzamiento de la Red de Ciudades Seguras del Banco Mundial.
Un variado grupo de líderes mundiales participarán en el primer laboratorio vivo que se realiza en Colombia “Medellín Lab” organizado por el Banco Mundial, USAID, la red 100 Ciudades Resilientes de la Fundación Rockerfeller, la Alcaldía de Medellín y la ACI Medellín del 29 de mayo al 2 de junio de 2017. Medellín Lab tendrá como objetivo intercambiar experiencias y conocimientos entre ciudades en términos de seguridad, convivencia y prevención de la violencia.
“Creemos en la experiencia de Medellín en cuanto a la reducción de la delincuencia urbana y la violencia. La transformación de Medellín hacia una ciudad inclusiva, vibrante y competitiva es una inspiración para otros países y ciudades”, afirmó Ede Ijjasz-Vasquez, director superior de las prácticas mundiales de desarrollo social, urbano y rural, y resiliencia del Banco Mundial.
Medellín Lab tendrá lugar en distintos barrios y lugares representativos de la ciudad en donde los temas de seguridad y convivencia han tenido especial relevancia como el Metro de Medellín,l la Comuna 13, la vereda La Loma (corregimiento de San Cristobal), entre otros. En el evento se contará con la participación de representantes de Estados Unidos, México, Argentina, Brasil, Chile, República Dominicana, Santa Lucía, Guyana, El Salvador, Guatemala, Honduras, Jamaica, Nicaragua, Venezuela, Uruguay, y Colombia.
“Los participantes tendrán la oportunidad de conocer los obstáculos de Medellín y sus relevantes historias de éxito. Esperamos que todos puedan compartir sus propias experiencias y llevar valiosas lecciones a ciudades de toda la región”, aseguró Sarah-Ann Lynch, administrador ajunto en funciones de USAID para América Latina y el Caribe.