Sentirse a gusto con el otro, conversar y compartir, son elementos de eso que llamamos amistad. En el caso de Medellín y Barcelona, esta amistad nació con un interés particular: ofrecer y dar; y fue madurando con el tiempo, incluso de ella han nacido nuevos amigos en pro de la labor de la cooperación descentralizada.
Son más de 17 años en los que Medellín, ha aprendido de Bacelona, mediante el intercambio de modelos de gestión gubernamental y el fortalecimiento de la gobernaza local: bibliotecas, mercados, hábitat urbano, educación, derechos sociales, emprendimiento, son algunas de las innumerables experiencias que ha compartido la “Ciudad Global” con la “Capital Antioqueña”.
La cooperación, no solo se ha materializado de una vía, Barcelona ha visto en Medellín las capacidades de un estudiante aplicado, ese que aprendió la lección y esta listo para compartir sus aprendizajes con el mundo. Por está razón, también la ha llamado a cooperar con el desarrollo de otras ciudades, tal fue el caso de la cooperación triangular que se gestó con La Habana (Cuba) en 2014, cuando aunaron esfuerzos para enseñar su experiencia en planificación urbana y cooperación internacional.
Medellín y Barcelona aun tienen camino que recorrer juntos, pues las amistades se cutivan y aunque estén a muchos kilómetros de distancia, extactamente 8.524, las amistades fuertes y duraredas son aquellas que a pesar de las dificultades trascienden fronteras.
Déjanos un mensaje