La historia que cuenta Medellín es un ejemplo de resiliencia, un modelo institucional y una fortaleza para formar nuevas alianzas nacionales e internacionales que conserven el camino de la transformación.
La segunda ciudad capital de Colombia tiene un relato épico que muchos quieren conocer. De vivir una época oscura hace un par de décadas, pasó a convertirse en una de las más innovadoras y con mejor planeación urbana y social. Un cambio que no se produce por azar y que es resultado de la integración de los sectores público, privado y académico, de pensar en conjunto con la ciudadanía qué lugar se quería habitar y del compromiso institucional que se mantiene, así cambien los líderes que gobiernan.
Esas son algunas de las claves que permiten que en Medellín sucedan las cosas. Otras razones, no menos importantes, son tener un producto interno bruto que representa cerca del 8 % nacional; contar con seis de las diez compañías con mayor valor en la Bolsa de Valores de Colombia: Bancolombia, Cementos Argos, Grupo de Inversiones Suramericana, Grupo Nutresa, Isa y Grupo Argos; aportar más del 50 % de la producción nacional de electrodomésticos, automóviles, motocicletas y ascensores con la red de ensamble; tener tres zonas francas, siete clúster estratégicos en negocios digitales, hábitat sostenible, moda y fabricación avanzada, café, energía sostenible, Medellín health city y turismo de negocios, además de una política de desarrollo económico que mejora los índices de calidad de vida de todas las personas, sin discriminación.
Treinta delegados de más de diez ciudades de Asia y África participaron de la segunda versión de Medellín Lab, entre el 28 de octubre y el 2 de noviembre del 2018, para compartir lecciones aprendidas en urbanismo, movilidad y financiación.
La directora ejecutiva de la ACI Medellín, Catalina Restrepo Carvajal, afirma que en la ciudad las dificultades se convierten en oportunidades y se saben solucionar problemas. No solo lo hizo superando los conflictos generados por el narcotráfico, también poniendo toda la capacidad institucional, arquitectónica, social y económica para transformarse. “Somos una ciudad que ofrece espacios de calidad, un sistema integrado de transporte con metro, tranvía, buses articulados y cables, múltiples oportunidades de educación, empleo, cultura y recreación, y herramientas gubernamentales y tecnológicas para convivir con respeto. Además, el talento humano, la calidez y amabilidad de la gente facilitan el trabajo en equipo de manera interdisciplinaria”.
Una mirada internacional
Medellín está contando otra historia que reconocen los expertos del mundo. Philip E. Karp, director de Gestión del Conocimiento del Banco Mundial, explica por qué la ciudad es un modelo de innovación que atrae miradas.
“Durante un periodo prolongado, una sucesión de líderes ha demostrado la voluntad de reconocer y abordar problemas profundamente arraigados, proporcionando la continuidad necesaria para rehabilitar los barrios y mejorar sus condiciones de vida. Trabajando con recursos limitados, la ciudad ha ideado medios alternativos para generar fondos y ha implementado proyectos en áreas estratégicas donde se puede generar el mayor impacto. Así, se han creado respuestas no convencionales que incluyen el primer sistema de transporte público de teleféricos y las escaleras mecánicas urbanas que mejoran la movilidad en las comunas de las laderas”.
Esta es una muestra de resiliencia que espera seguir vigente, además de fortalecer una alianza global para el desarrollo que satisfaga las necesidades de los más vulnerables. Sumando 2016 y 2017, a noviembre de 2018, Medellín ha logrado USD 29,86 millones en cooperación extranjera, 17 alianzas de Cooperación Sur – Sur, 7 buenas prácticas internacionales, 40 aportes de cooperación Sos Paisa y 66 proyectos impactados con cooperación internacional técnica y finanaciera.
Asimismo, se constituyeron otras alianzas importantes con entidades como el Banco Interamericano de Desarrollo, BID, la Unesco, el Ministerio de Transporte de Japón, el Ministerio de Territorio, Infraestructura y Transporte de Corea (Molit), C40, Bloomberg, el Banco Mundial y el gobierno de Singapur, un ejemplo de cómo el trabajo articulado de instituciones como la ACI Medellín y gobiernos del mundo logran los mejores resultados, sin duda, un gana – gana para el intercambio de experiencias como el Medellín Lab.
Medellín ha puesto las necesidades de sus ciudadanos a la vanguardia de la planificación, inculcando una cultura de diálogo abierto y cooperación entre el gobierno, las entidades privadas y las comunidades”.
Philip E. Karp, director de Gestión del Conocimiento del Banco Mundial.
Aprender viviendo
Una de las experiencias pioneras en Medellín es recorrer con los académicos y expertos internacionales las calles de la ciudad, dialogar con la gente y vivir en primera persona el cambio urbano.
Desde 2017, cuando se creó la metodología Medellín Lab, Laboratorio de experiencias de ciudad, profesionales de América Latina, de Estados Unidos y de otros continentes han realizado este ejercicio de inmersión con talleres intensivos, visitas, diálogos e intercambio de conocimiento. La temática del primer Medellín Lab en 2017 fue sobre la reducción del crimen y la violencia, y en el 2018, sobre Fronteras en la Transformación Urbana. Para Karp, “esta es una forma efectiva de compartir, replicar, adaptar y ampliar soluciones exitosas para los desafíos del desarrollo urbano y comunitario de otros países”.
Con este trabajo el Banco Mundial, además, ha ofrecido capacitación al equipo de la ACI Medellín para fortalecer las capacidades de la agencia como una organización de intercambio de conocimiento.
Así, Medellín, como laboratorio vivo, hace de su historia un caso de éxito que puede contribuir al mejoramiento de otras ciudades mediante alianzas efectivas para la implementación de nuevos proyectos de desarrollo en el mundo.
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