María Nazaret y Jesús Enrique no se conocen personalmente, pero los dos tienen algo en común: han sido beneficiados por el programa Barcelona Solidaria; la primera como habitante de calle y el segundo como campesino en el corregimiento de Santa Elena. Ellos son parte de los 13 programas y proyectos de nuestra ciudad que desde 2020 han recibido cerca de 1,1 millones de euros de cooperación internacional.
Jesús Enrique es uno de los 25 productores de alimentos del proyecto Rutas de Siembra que busca fortalecer la productividad de sus parcelas, fomentar la economía circular y brindar acompañamiento asociativo, comunitario, empresarial y ambiental.
25 campesinos de Santa Elena se benefician de la cooperación con Barcelona para la producción, comercialización y conciencia ambiental en el cultivo de alimentos.
Su finca queda cerca a la estación de Metrocable Arví, una ruta conocida por los miles de turistas que cada fin de semana llegan a este corregimiento para vivir más de cerca con la naturaleza. “La finca de don Jesús” como le conocen normalmente los vecinos, es un derroche de colores gracias a las frutas y hortalizas que siembra. Tomates de varios tamaños y colores, lechuga, romero, col, repollo, son algunas de las más cultivadas por este señor amable y alegre con todos los visitantes.
“En el proyecto Rutas de Siembra nos ayudan a comercializar, nos dan capacitaciones para vender tanto desde la parte turística como agropecuaria para atender a la comunidad y producir de forma orgánica y limpia”, afirma Jesús respecto al proyecto que cuenta con cerca de 500 millones de pesos en recursos de cooperación gestionados por la ONG Antioqueños Unidos en Cataluña por Colombia, y ejecutados por Comfenalco Antioquia.
Para Maryori Londoño, Gerente de Corregimiento de Medellín, “desde la Gerencia los hemos apoyado con los avales y también con la consecución y acompañamiento de los productores que se han apoyado en este proyecto. A través de Rutas de Siembra se han podido capacitar y formar a 25 productores circundantes del área de influencia del Hotel Comfenalco”.
María Nazaret, hace parte de otro de los proyectos beneficiados por la cooperación con Barcelona. Ella es una habitante de calle que con su perrito lulo a quien considera su hijo viven en la paralela del Río Medellín por el sector de La Minorista. Cada semana reciben trabajadores de la Corporación Surgir, quienes les reparten kits de aseo, los educan en hábitos de limpieza e higiene para reducir daños de salud derivados del consumo de estupefacientes y lo más importante, los escuchan.
Más de 500 habitantes de calle de Medellín se han visto acompañados por profesionales que los ayudan a mitigar el daño por el consumo de drogas.
La fundación ABD de Barcelona y la Corporación Surgir, con el acompañamiento de la Alcaldía de Medellín, han retomado el proyecto de Centros de Escucha para fortalecer el trabajo en reducción de daños por el consumo de drogas por medio de prácticas que ayuden al habitante de calle a tomar conciencia de su salud.
Caminar por el sector del río donde viven cientos de personas en situación de calle es una labor que ahora se hace con el acompañamiento de la comunidad internacional, quienes consideran que el habitante de calle es una persona importante de la sociedad y por eso se debe procurar su cuidado, entender las razones que lo llevaron a estar allí y sobre todo dignificar sus días.
Para Jonathan Ballesteros, director de Relaciones Locales e Internacionales de la ACI Medellín, “durante la vigencia del Plan de Desarrollo Medellín Futuro, la ACI Medellín en alianza con otras secretarías y entidades del conglomerado han gestionado y apoyado 13 proyectos que impactan directamente en las estrategias de desarrollo social y rural; esos proyectos suman 1,1 millones de euros y es una muestra clara que Medellín es uno de los grandes focos de cooperación internacional en América Latina”.
Desde 2006, Medellín suma un monto de cooperación con Barcelona por 1,8 millones de euros en proyectos de cultura, urbanismo, infancia y adolescencia y mujeres, entre otros.
De esta manera, se evidencia cómo la relación entre Medellín y el Ayuntamiento de Barcelona pasa por uno de sus mejores momentos gracias a las alianzas para el desarrollo que se gestionan tanto en el sector privado como en el público llegando a las poblaciones más vulnerables.