En Medellín la estrategia de Valle del Software también llega a los más pequeños. Cerca de 370 niños y niñas atendidos en el Jardín Infantil Buen Comienzo Lusitania, ubicado en la comuna 60, corregimiento de San Cristóbal en zona rural de la ciudad, reciben educación con altos estándares de innovación que facilita su aprendizaje.
“No tenemos nada que envidiarle a ningún otro jardín infantil, nosotros estamos muy bien en este”, relata Susana Zapata, madre de María José Yepes, una menor que se beneficia de esta modalidad que se logró gracias a la cooperación internacional con la filial de la fundación estadounidense United Way en Colombia.
Susana Zapata, madre de María José Yepes una de las 370 niños y niñas que atiende el Jardín Infantil Buen Comienzo Lusitania.
Y es que este escenario educativo, que hace parte de la oferta integral para la primera infancia de la Alcaldía de Medellín a través de la Unidad Administrativa Especial Buen Comienzo, no solo tiene una infraestructura que desde la estético y físico está creada para favorecer los ambientes de aprendizaje en los niños, sino que contempla la pedagogía y el uso de la tecnología como estimulantes para el desarrollo de las habilidades del siglo XXI, tales como el pensamiento crítico, la resolución de problemas y el trabajo colaborativo.
El Jardín, que inició funcionamiento en 2018 bajo la operación de Comfama, comenzó en 2019 un proceso para implementar técnicas innovadoras y convertirse en un referente de buenas prácticas en primera infancia. Fue así, como United Way Colombia, fundación reconocida por su trabajo en educación en el país decidió apoyar al Jardín Infantil para convertirlo en un centro demostrativo.
¿Qué es un centro demostrativo?
No se trata de un invento, pues esta experiencia se ha trabajado en otros contextos del mundo, y para esto Medellín se referenció del Centro de Excelencia en Educación Temprana de United Way en Miami, que ya tiene un camino recorrido y adaptó estas metodologías a las necesidades de los niños y niñas beneficiarios del Jardín, a su vez que las de las agentes educativas interesadas en innovar sus prácticas de atención a la primera infancia con tecnología.
“Hemos tenido la fortuna de estar acompañadas por este maravilloso equipo que me ha nutrido bastante en competencias del siglo XXI, en experiencias pedagógicas y el Escuadrón STEAM. Afortunadamente han innovado mucho, nos han traído mucha tecnología, cantidad de materiales para también introducir experiencias educativas innovadoras y de calidad”, relata María Janet Arango, agente educativa del jardín infantil.
Equipos de reconocimiento facial, circuitos electrónicos, lápices e impresoras 3D, cámaras fotográficas, grabadoras de voz, entre otros, son algunos de los elementos tecnológicos y materiales pedagógicos usados por los niños con el acompañamiento de las agentes educativas. “Estamos dotados de muy buen material, material tecnológico al que los niños no tenían acceso, en otros jardines no tienen acceso a esto. Ellos analizan, exponen sus ideas, responden a preguntas más complejas, entonces vemos que la primera infancia se está viendo fortalecida, ellos llevan estos conocimientos a sus casas y las familias aportan también desde su punto de vista”, expresó María Janet.
En el Jardín Infantil han desarrollado estrategias para acercar más a las familias, teniendo en cuenta la corresponsabilidad como el agente educativo más importante en el proceso de aprendizaje. Es por ello que los incluyen en diferentes actividades y charlas como lo explica Cindy Ramírez, agente educativa: “hemos involucrado a los padres de familia para que conozcan sobre el trabajo que hemos venido haciendo con los niños y las niñas y que ellos también sean parte de este proceso. Algunos padres de familia nos han preguntado cómo hemos hecho para que las herramientas se usen adecuadamente o para expresarnos que se sienten orgullosos de que el jardín infantil incluya el uso de herramientas tecnológicas”.
Susana Zapata, madre de familia, aseveró que “la relación familia – jardín infantil es muy buena por la comunicación. Yo tuve la oportunidad de ver realmente lo que los niños aprenden aquí en el jardín con el centro demostrativo, y es muy bonito porque los niños aprenden que la tecnología no solamente se usa con juegos sino también como un medio de aprendizaje y de una forma muy responsable. Es muy inspirador ver a los niños cómo van aprendiendo aquí en el jardín”.
Modelo en expansión para la ciudad
En el camino de convertirse en un Valle del Software, Medellín ha desarrollado programas y proyectos para aprovechar las potencialidades del territorio y diversificar la economía de la ciudad en áreas asociadas a la economía digital y la Cuarta Revolución Industrial. En este recorrido, ha comprendido que, para lograr realmente un cambio de mentalidad, se requieren acciones de largo aliento que permeen al futuro de la sociedad, en este caso la primera infancia.
Al respecto, el director de la Unidad Administrativa Especial Buen Comienzo, Hugo Díaz manifiesta: “esta apuesta en el jardín está directamente ligada y relacionada con nuestro propósito de ciudad: Valle del Software. Este es uno de los ejemplos de que la transformación tecnológica es fundamental en todos los escenarios de ciudad y, por eso, hoy nuestros niños gozan de este centro y esperamos que esta apuesta se pueda seguir ejecutando en otros jardines de la ciudad porque en Medellín Futuro los niños y las niñas también hacen parte de la transformación”.
Luego de tres años de aprendizajes en el Jardín Infantil Buen Comienzo Lusitania, la Alcaldía de Medellín en asocio con United Way Colombia planea expandir el modelo buscando que en cada comuna de la ciudad los niños y niñas tengan acceso al aprendizaje basado en la tecnología y la innovación, y así conformar una red demostrativa para la primera infancia en la ciudad. Si bien es una proyección ambiciosa, las prácticas formadoras e inspiradoras que se han logrado de la educación en los niños y las niñas de Lusitania servirán como piloto para que esta expansión sea una realidad.