Las metas contempladas en las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC), las cuales dan sustento al Acuerdo de París, no son suficientes para impedir el incremento de la temperatura en un máximo de 2 °Celsius.
Es más, para evitar llegar al punto de no retorno, las emisiones de gases de efecto invernadero deben llegar a su pico más alto en el año 2020. “Ese será un año clave porque marca el punto donde la curva de emisiones debe alcanzar su máximo y empezar a bajar. Por esa razón, se debe incrementar la ambición de las NDC para lograr llegar al punto más bajo a partir de 2050”, manifestó Christiana Figueres, representante de Misión 2020 y ex Secretaria Ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
Unas 72 ciudades -entre las que están Buenos Aires, Caracas, Curitiba, Guadalajara, Lima, Medellín, Ciudad de México, Quito, Río de Janeiro, Salvador, Santiago y Sao Paulo, en América Latina- ya entendieron esta situación y, por ello, se comprometieron a desarrollar planes de acción climática más ambiciosos para el año 2020 y dieron un paso más allá: su objetivo es alcanzar la neutralidad de las emisiones a más tardar en el 2050.
Así lo anunciaron en el Global Climate Action Summit (GCAS), cumbre que reunió a empresarios, sociedad civil y representantes de gobiernos sub nacionales (ciudades) durante el 13 y 14 de setiembre en la ciudad de San Francisco (EE.UU.).
Estos compromisos voluntarios adoptados por los gobiernos locales se enmarcan en la Deadline 2020 Initiative, promovida por C40, una alianza de ciudades en pro de la acción climática. De hecho, C40 provee de asistencia técnica a las alcaldías para ayudarlas a alcanzar sus metas.
Según Mark Watts, director ejecutivo de C40, actualmente las emisiones en las ciudades se calculan en cinco toneladas per cápita. La meta propuesta es alcanzar el pico de emisiones en el año 2020 para que, al 2030 esa huella se reduzca a tres toneladas per cápita. Para el 2050, la meta es neutralizarlas por completo.
Aparte de incrementar su ambición mediante planes de mitigación y adaptación, algunas de estas ciudades se adhirieron a declaraciones enfocadas en objetivos específicos. Por ejemplo, los alcaldes de 26 ciudades se comprometieron a promover calles más verdes y saludables por medio de buses limpios y destinar espacios que sean cero emisiones para el 2030, con lo cual se estaría previniendo la muerte prematura de 11.000 personas al año debido a contaminación del aire.
Asimismo, 815 ciudades firmaron la declaración One Planet Charter, que persigue objetivos orientados a lograr edificios cero emisiones y basura cero.
Unas 30 ciudades –entre ellas, las latinoamericanas: Buenos Aires, Guadalajara, Medellín, Ciudad de México y Santiago- se comprometieron a promover una acción climática que beneficie a todos los ciudadanos de forma equitativa.
“No solo se trata de ofrecer un transporte más sostenible y eficiente. Se trata también de hacerlo accesible a toda la ciudadanía”, comentó Jenny Durkan, alcaldesa de la ciudad de Seattle (EE.UU.) durante su intervención en Cities4Climate, un evento organizado por C40 en el marco de la GCAS.
Asimismo, Durkan agregó: “los automóviles eléctricos son geniales, pero también pueden crear una brecha social importante en las ciudades porque no todas las personas pueden costear adquirir uno”.
Calles más verdes y saludables
“Nos imaginamos un futuro en el que la mayoría de las personas se moverán por nuestras ciudades caminando, en bicicleta y utilizando formas de transporte compartido. Con el aumento de zonas reservadas para peatones y bicicletas, más gente dedicará tiempo a caminar, jugar y disfrutar de los espacios al aire libre. Esto a su vez tendrá como consecuencia que haya menos vehículos en nuestras vías, menos congestión y menos contaminación. La transición hacia una movilidad con cero emisiones tendrá como resultado que las calles estén menos congestionadas y el aire que respiramos sea más limpio”.
Ese párrafo de la Declaración de calles más verdes y saludables resume la visión de 26 ciudades que se adhirieron voluntariamente a esta promesa. Durante la GCAS, Medellín se sumó a este grupo de gobiernos locales donde ya estaban Quito y Ciudad de México.
Los compromisos de esta declaración pueden resumirse en impulsar una transición hacia calles libres de combustibles fósiles por medio de la adquisición de buses de cero emisiones a partir de 2025 y el asegurar espacios dentro de los centros de ciudad, también cero emisiones para 2030.
¿Cómo hacerlo? La misma declaración detalla en medidas:
- Transformar las ciudades con políticas de urbanismo que tengan en cuenta a la ciudadanía.
- Aumentar el volumen de peatones, ciclistas y usuarios de transporte público y compartido, que sea accesible a toda la ciudadanía.
- Reducir el número de vehículos en las calles, empezando por los que más contaminan e iniciar una transición para retirar aquellos que usan combustibles fósiles.
- Liderar con el ejemplo mediante la adquisición, lo antes posible, de vehículos de cero emisiones para las flotas de las ciudades.
- Colaborar con proveedores, operadores de flotas y empresas para acelerar la transición hacia vehículos de cero emisiones y para reducir el tránsito de aquellos en las ciudades.
- Publicar informes cada dos años sobre el progreso que hacen las ciudades para alcanzar estos objetivos.
“Para que se den los cambios globales, la acción debe empezar en lo local”, comentó Federico Gutiérrez, alcalde de Medellín, y agregó: “ya nosotros empezamos a tomar medidas. En este 2018 hicimos el inventario de gases de efecto invernadero para poder medir así el avance de las acciones que tomemos”.
En el caso de esta ciudad colombiana, Gutiérrez manifestó a LatinClima que las metas son:
- El 70% de la flota de buses y busetas será renovada en 2019 por tecnologías limpias.
- Para agosto de 2019, las 80 unidades que transitan en el carril solo bus cambiarán de gas natural a electricidad.
- Se construirá un metrocable 100% eléctrico.
- Unas 1.500 unidades de taxi se reconvertirán a tecnología eléctrica. De hecho, ya la ciudad cuenta con 20 electrolineras.
- Se construirán 80 kilómetros adicionales de ciclovías en un período de cuatro años.
- Se prevén 30 corredores verdes que permitirán regular la temperatura de la ciudad y mejorar la calidad del aire.
“Para poder abordar todos estos cambios, lo que necesitamos es un cambio cultural. Requerimos que cada ciudadano en América Latina esté convencido de que, incluso individualmente, se pueden definir acciones frente al cambio climático. Si bien las metas de reducción de emisiones se ponen a nivel de ciudad, los ciudadanos viven allí y si cada persona se compromete a disminuir sus recorridos en automotor y a utilizar más el transporte público, caminar más o usar la bicicleta, pues más rápido podemos llegar a las metas”, destacó Gutiérrez.
Basura Cero
“Las ciudades sustentables, prósperas y habitables del futuro deberán ser definitivamente ciudades sin basura”, se lee en el primer párrafo de la Declaración avanzando hacia la basura cero, que fue firmada por 25 ciudades.
En este grupo de ciudades no destaca ninguna latinoamericana. La declaración fue firmada por ciudades de Asia, Europa y Norteamérica, a saber: Los Ángeles, Gales, Auckland, Cataluña, Copenhagen, Dubai, Londres, Milán, Montreal, Navarra, Nueva York, Newburyport, París, Filadelfia, Portland, Rotterdam, San Francisco, San José en California, Santa Mónica, Sídney, Tel Aviv, Tokio, Toronto, Vancouver y Washington D.C.
Estas ciudades se comprometen a transformar los sistemas de manejo de residuos por medio de la reducción de residuos municipales per cápita en al menos 15% para 2030 en comparación con 2015, reduciendo la cantidad de residuos municipales que son dispuestos en rellenos sanitarios o incineradores en al menos 50% para 2030 en comparación con 2015, e incrementando el desvío de la disposición en rellenos sanitarios o incineradores hasta en al menos 70% para 2030.
Para alcanzar esos objetivos, las ciudades definieron las siguientes acciones:
- Reducir las pérdidas y el desperdicio de alimentos a nivel comercial y de consumo, disminuyendo las pérdidas en las cadenas de producción y suministro, reduciendo la producción de alimentos en exceso y facilitando programas seguros de donación de alimentos y para uso en crianza de ganado.
- Implementar programas de recolección separada de residuos de alimentos y otros orgánicos y el desarrollo de infraestructura de tratamiento que recupere nutrimentos, energía y contribuya a la restauración de la capacidad de almacenamiento de carbono en los suelos.
- Apoyar e incentivar la implementación de políticas públicas locales y regionales, tal como la Responsabilidad Extendida de Productores y Procuración Sustentable, para reducir la cantidad de plásticos y otros materiales de un solo uso y no reciclables, trabajando al mismo tiempo en mejorar la reparabilidad y reciclabilidad de bienes de consumo.
- Incrementar la reducción, reuso, recuperación y reciclaje de materiales de construcción y demolición.
- Incrementar la accesibilidad, conciencia, escala e inclusividad de los programas y políticas de reducción, reutilización y reciclaje para todas las comunidades y vecindarios, invirtiendo en campañas de comunicación y concientización para toda la ciudad, ofreciendo recursos en múltiples idiomas y asegurando que los beneficios alcancen a todos los sectores de la población.
- Reportar públicamente cada dos años el progreso que las ciudades estén haciendo hacia estos objetivos.
Cero emisiones en construcciones
En el marco de GCAS, las ciudades de Durban, Medellín, Ciudad del Cabo, Baden-Württemberg, Cataluña, Yucatán y Navarra se sumaron al Compromiso de cero emisiones de carbono en edificios, promovido por el World Green Building Council.
Con ellas, esta declaración alcanza las 26 ciudades que se comprometen a reducir significativamente sus emisiones de gases de efecto invernadero tanto en edificios nuevos como en los ya existentes para el año 2050.
Con tan solo que 19 de estas ciudades neutralicen sus emisiones provenientes de edificaciones, C40 calculó que se podrían remover 190 megatoneladas de carbono.
Asimismo, 12 empresas se adhirieron a este compromiso, a saber: Salesforce, Majid Al Futtaim, Integral Group, Signify, Cundall, Kilroy Realty, Frasers Property Australia, AMP Capital Wholesale Office Fund, Berkeley Group, Shaw Contract, GPT Wholesale Office Fund y Stockland.
Acción climática en ciudades sí es posible
Aparte de anunciar estos compromisos, C40 aprovechó para dar a conocer resultados preliminares de la Deadline 2020 Initiative y, con ello, dar la noticia de que 27 ciudades de la alianza ya alcanzaron su pico de emisiones y están en camino de declararse carbono neutrales a más tardar en el año 2050.
Esas ciudades son: Barcelona, Basilea, Berlín, Boston, Chicago, Copenhague, Heidelberg, Londres, Los Ángeles, Madrid, Melbourne, Milán, Montreal, Nueva Orleans, Nueva York, Oslo, París, Filadelfia, Portland, Roma, San Francisco, Estocolmo, Sídney, Toronto, Vancouver, Varsovia y Washington D.C.
En conjunto, estas ciudades suman 54 millones de habitantes. Aparte de alcanzar su pico de emisiones, han seguido reduciendo las emisiones en un promedio de 2% cada año desde sus niveles máximos, mientras que su población creció un 1,4% y sus economías, aproximadamente un 3% anual.
“Las ciudades nos están demostrando que sí podemos cambiar. Las políticas climáticas contribuyen a que tengamos ciudades más saludables y progresistas”, reconoció Al Gore, ex vicepresidente de los Estados Unidos y activista por el clima, en su discurso de cierre para el evento Cities4Climate.
¿Cómo lo lograron? El estudio llevado por C40 identificó los siguientes impulsores:
- Descarbonización de la red eléctrica.
- Optimización en el uso de energía en los edificios.
- Alternativas más limpias y asequibles para los automóviles privados.
- Reducción de residuos y aumento de las tasas de reciclaje.
- Asimismo, el estudio hace hincapié en la importancia de que las ciudades colaboren con los gobiernos nacionales y regionales, así como con las empresas y la ciudadanía.
*LatinClima estuvo en San Francisco (EE. UU.) cubriendo la Global Climate Action Summit como fellow del 2018 Climate Change Media Partnership, gracias al apoyo de The Stanley Foundation y Earth Journalism Network.
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